II. Arlequín

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La presentación termino y la opera se lleno de aplausos.

Ambos se despidieron y entraron a sus camerinos, el de cabellos castaños se encotraba quitando el molesto maquillaje y el disfraz de campesina.

En realidad no le molestaba usar vestidos o ropa femenina, de hecho le gustaba este tipo de ropa, le gustaba usar vestidos y maquillaje de vez en cuando.

Su enojo venía ya que el maquillaje estaba demasiado cargado y era incómodo de usar y quitar.

Un toqueteo en la puerta de su camerino llamó su atención.

Su mirada se fijo en la puerta.- ¿Madre?.- Pregunto esperando la respuesta del otro lado de la puerta.

-Soy yo lindo.- hablo una voz reconocida, era el chico de mirada gatuna quien esperaba que el castaño abriera la puerta.

El castaño rodó los ojos y se dirigió a la puerta, este la abrió para encontrarse al pálido con una rosa.

-¿Que haces aquí?, ¿Si sabes qué mi madre puede verte en cualquier momento no?.- Dijo con aburrimiento.

-Cálmate bonito solo te queria dar esto.- extendió su mano y le dio la rosa.- Sabes, en realidad solo quise organizar esto para verte, habia escuchado mucho de dos bailarines que se caracterizaban de mujer en todas las presentaciones de ballet, aunque nunca me imagine me tocaría actuar con uno de ellos precioso .- Dijo mientras enseñaba su sonrisa cuadrada.

-Si aja, ¿bueno que quiere? No soy de la clase de personas que se dejan caer tan fácil por un hombre apuesto con complejo de caballero, Aunque sabes algo Min?, muy probablemente hubiera caído su no supiera que eres un mujeriego.- Exclamó molesto y se volteó para ir devuelta al tocador.

-Cariño eres tan difícil.- hablo el pálido y se adentro más en el camerino cerrando la puerta.- ¿Quieres ir a cenar después de esto?.

-No, puedes preguntarle a cualquier zorra de las que tanto lucharon para actuar aquí.- Dijo molesto mientras le aventaba la brocha de maquillaje.

-Entoces eso es un no?.- hablo y en respuesta solo recibió una mirada del castaño quien rodaba los ojos.- Bueno entoces supongo que me tendré que ir .- Dijo y se acercó al castaño tomandolo por la mandíbula y dándole un pequeño y gentil beso en la mejilla acción que fue interrumpida por un portazo.

Era la señora Dupont quien miro a como Min le daba un beso a su hijo.

Min solo se mantuvo firme hizo una reverencia y se despidió, Jin se levantó con rapidez tratando de hablar.

-M-madre... No es lo que piensas yo sol-.

Ella levanto el dedo en señal de silenció, camino hasta estar por completo cerca del castaño.

-Tuviste un error.- hablo la mujer con mirada penetrante.

Jin se congelo, ¿En realidad había notado eso? Ni siquiera había sido un gran error solo se salio un poco del papel y había fallado en una vuelta.

-L-lo siento madre y-ya no va a o-ocu-.

El camerino fue invadido por un sonido de bofetada que resonó en las paredes de aquel camerino.

Seokjin llevo su mano a la mejilla mientras sentia una sensación de ardor y picazón en la mejilla, intentaba reprimir las lágrimas, agachó su cabeza impidiendo que la mujer vea sus lágrimas.

La mujer golpeo el suelo con su bastón haciéndole saber a Jin que debia mantenerse recto mientras ella hablaba.

-Eres una escoria.- dijo con una voz demandante y seria.- nunca debi tenerte...

Arlequín. |NJ|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora