III - Larmes d'amour -

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Namjoon...

Ese nombre se repetía una y otra vez en la mente del castaño.

Su amabilidad... Su caballería...

Era perfecto, Jin no supo porque su corazón estaba latiendo de más, su mente se nublo en un solo pensamiento.

Los latidos de su corazón inmaduro resonaban sin detenerse.

¿Era imaduro?, Su corazón latía fuerte por un desconocido.

-Jinnie... ¿Estas bien?.- habló el rubio desconectando al instante a Jin de esos pensamientos .

O-oh si no te preocupes.- murmuró distraído.

El chófer anunció les anuncio que se encontraban cerca de la casa de Jin.

Este asintio y unos cuantos metros más se bajo del automóvil despidiendose de Jimin y agradeciendo al chófer.

Cuándo se encotro al frente de la gran puerta suspiro para después entrar.

Estela lo recibió y lo dirigió a su habitación mientras ella preparaba la cena.

Jin se hundido en las sábanas y almohadas gritando y chillando como una adolescente enamorada, abrazo con fuerzas a las almohadas mientras pataleaba.

Namjoon...

Ese apuesto joven que lo había dejando sin aliento.

Poco a poco se deshizo de unas prendas quedando solo con la ropa interior, quería sentirse lo mas comodo posible después de un agotante dia, se recostó en su cama mientras abrazaba las almohadas inhalando su aroma.

Jin se embriagó recordando su aroma como puberta hormonal , Ese aroma a tabaco y vino... Ese acento extraño que sonaba tan bien, su caballería y su delicadeza...

Sin duda alguna Jin estaba encantado con ese chico misterioso.

Se bajo de la cama y se dirigió a su espejo, analizó su cuerpo por algunos segundo ¿Enserio era lindo?.

¿Enserio parecia una muñeca de porcelana?

¿Cómo pudo llamar su atención?. Se repetía Jin.

Su pensamiento fue interrumpido por un toqué en la puerta que hizo que sobresaltara.

Se dirigió a la puerta tomado una bata colocándola sobre su cuerpo antes de abrir la puerta, ajustó su bata y tomo la puerta abriendola.

Estela estaba al otro lado de la puerta y Jin la recibió con cortesía.

-Lo siento si mi cuarto esta un poco sucio... Tratare de arreglarlo un poco.- hablo avergonzado.

-No tienes que preocuparte por eso, lo ordenare más tarde, solo vine a avisarte que ya estaba lista la cena.

-Oh si, bajo enseguida.

Estela asintió y sirvió la comida para que unos segundos después Seokjin saliera vistiendo un camisón muy cómodo.

Estela quiso tomar la silla para que el castaño pudiera sentarse pero antes de que lo hiciera el castaño se apresuró y lo hizo por su cuenta.

-No tienes porque hacer esto, lo puedo hacer yo mismo.- dijo con una sonrisa dibujada en su rostro.

-Oh cariño... Yo soy tu doncella personal y como doncella es mi deber hacer todo eso.- Dijo para después traer una jarra de vidrio con lo que parecia limonada.

La mujer tomó el vaso del castaño y sirvió limonada.

Al terminar de cenar el castaño se dirigió a su habitación exhausto y cerro los ojos.

Arlequín. |NJ|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora