Parte Dos.

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Trataba de rearmarme (por cierto, sin ningún éxito) por todo lo que acababa de ocurrir, que no era poco. Osea, acababa de cumplir mi fantasía, y fue como…..WAH… no hay palabras, lo juro, pero… luego se va como si nada? Me recoloqué el vestido y me retoqué el maquillaje. Ah, también traté de ordenar mi pelo recién follado, pero eso ultimo no tuvo mucho éxito. Me apresuré a salir del baño y alcanzar al señor Tomlinson, o… ¿es que ahora podía llamarlo Louis? ¿O aún mejor, Lou? Me paré a pensarlo… No, eso no era una buena idea, él siempre era muy formal y estirado… bueno y con razón. Su empresa, llegó al punto que no podía ser mejor, va el hombre y se supera. Si no me equivoco todo el día tendría que estar pensando en trabajo y papeleo… Ah, claro… por eso me folló en el baño, necesitaba por unos minutos rápidos despejarse… quizás eso que dijo de que siempre me vio sensual y eso era solo para que cayera en su red… Funcionó, vamos si funcionó! Llegó a desarmarme como nadie lo logró, quizás fue por sus palabras o por su… sensual y perfecto cuerpo… tercera pierna incluida. Oh Dios… esa “Tercera Pierna”… El pensamiento me hizo sonreír i recordar que estuvo en mi boca… oh Dios, ahora era tan prestigiosa, mi lengua… había poseído cada centímetro de la extensión de ese enorme miembro palpitante y sensual. Eso fue sin lugar a dudas mi parte favorita de este pequeño capitulo de esa noche. Me coloqué mis zapatos y seguí a Louis. Lo encontré hablando con no se quienes, que iban con corbata y ya saben. Me armé de valor y por una mano le separé del grupo.

-Que mierda te pasa, Charlotte? 

Me habló molesto, aun que se mantenía hablando en susurros.

-¿Qué te pasa a ti?

Hablaba con el mismo tono que él. En serio va a hacer como si nada? Pf, ahora mismo lo odiaba.

-Mira, el Lunes hablamos… esto es importante, por favor…

Oh dios, es que… como pretenden que me resista a esta mirada de perrito perdido por la pradera? Tampoco estaba tan lejos, el Lunes,… además tendría una excusa para volver a verle el rostro… y si dios quiere más que eso. 

-Pf, esta bien pero promételo… me dejaste llena de preguntas…

-Oh, ¿no es eso lo que me hace interesante, señorita Miller? Te veo el Lunes, si es que me puedo aguantar sin verte…

O…M…G.

-me pone usted muy caliente, señor Tomlinson.

Louis sonrió torcido y me acarició desde mi hombro a mi mano.

-Está fría, señorita Miller.

Sonreí por su ingenio, me acerqué a él, en su rostro… busqué su oído u le susurré “si no me coges tu, voy a tener que pedírselo a alguien, porque estoy muy mojada” sonreí, y li mordí el lóbulo. Bien, eso fue genial. Soltó un ahogado gemido, super sensual… y pensé que en ese momento me correría. Menos mal que no fue así. Dios, ¿Cómo mierda este hombre conseguía ese efecto en mi? Lou tragó saliva, me miró y me sonrió con los ojos ardientes. Oh Dios. Buena señal.

-Ven.

Me agarró el brazo y me llevó al grupo de empresarios con los que hablaba. Les dijo que se tenía que ir a ocuparse de algo, mientras lo decía yo me escondía en sus espaldas. No se como se mantenía tan sereno al estar cachondo. Yo casi ni me aguantaba de pie. Eso no era normal, de ninguna de las maneras. Otra vez, agarrada por su mano tremendamente varonil y sensual volvimos al baño. Una vez dentro, me aventó con brutalidad a la pared donde minutos antes habíamos hecho cosas para publico de mayores de 18.

-Ahora, señorita Miller, la voy a coger otra vez al baño.

***

Con mi cara fruncida, intenté ver alguna cosa que no fuera la luz de la mañana. Recordé la noche anterior, y no pude evitar una sonrisa. Me lo pasé de puta madre, espero poder conservar esa “relación”. Louis no me gustaba como novio, mierda todo ser con dos dedos de frente puede darse cuenta de que no es un hombre ideal en cuanto tener una relación, no es capaz de enamorarse. Sin embargo, puede que así sea mas fácil, no me gustaría estar enamorada de mi jefe, demasiada presión, ya saben. Oh mierda, hablando de trabajar! ¿Que hora era? El despertador marcaba las 8:00 y a y media tenía que estar en la oficina. Oh… mierda. Pillé lo primero de mi armario y me lo puse rápidamente, oh eso no sería suficiente para él. Para causarle más buena impresión me subí la falda un poco, casi dejando ver mi culo y me desabroché el primer botón de mi camisa. No era suficiente, me desabroché otro, se podía ver el brassier. Oh así mucho mejor. Me pinté con un pintalabios color rojo intenso, me puse un poco de polvos de colorete y me perfilé la línea de mis ojos. Volví a mirarme al espejo y casi ni me reconozco, pero eso estaba muy bien. Me veía… no sensual, lo siguiente. A ver como palpitaba hoy esa sexy erección en su pantalón. Me subí a mi auto y conduje hacia la oficina. Al bajarme me agaché para mirarme en el retrovisor y aprobar como me veo. Me mandé un beso a mi misma en el aire, y sonriendo triunfante entré a paso de modelo a la oficina. Todos por donde cerca pasaba fijaban la vista en mi. Algunos lo disimulaban, otros no tanto. Seguía sonriendo sin ningún ánimo a parar. Me gustaba captar la atención de los demás, siempre lo había hecho. Me dirigí en el pupitre que hasta ahora había sido el mío, y cuando iba a sentarme pensé en las palabras del señor Tomlinson. Eso de que a partir de ahora las cosas iban a cambiar, que sería su mano derecha. ¿Que se suponía que tenía que hacer? Decidí sentarme en el mismo y hacer mi faena. Todo marchaba bien, hasta que la secretaria esa bitch que lo único que hizo bien en toda su jornada de trabajo fue invitarme en esa fiesta, anunció que el señor Tomlinson junto a sus gorilas se dirigían a la oficina. Osea, que faltaba 5 minutos para que llegara y me vea. Me puse muy nerviosa, me acomodé en mi silla como unas 1000 veces, me arreglé el pelo, me miré en mi espejo portable y todo eso… ya saben, lo que toda mujer presumida hace. Oír la voz de la mayor bitch de la oficina me recordó que a lo mejor en ser su mano derecha sería su secretaria, y que ella perdería su trabajo. Eso me reconfortó y me hizo pensar que era importante. Ahora si que me veía bien, confiada, sin nervios ni todo eso. Sin embargo duró poco, porque cuando vislumbré el Porche negro deportivo por la puerta de cristal de la oficina, toda la sangre pareció hacer una carrera. De nuevo. Bueno, eso también estaba bien, porque así mis mejillas cogían color natural, y eso era, creo, muy atractivo. De la puerta del conductor salió un apuesto hombre, sensual. Su americana no era capaz de ocultar sus musculados brazos y su fantásticamente formada espalda. Al darse la vuelta para cerrar su puerta, me dio una estupenda vista de su camisa blanca aprieta, gran aliada. Aliada porque al ser aprieta, me daba lugar a una muy buena imagen, y mi imaginación no tenía mucha faena. Con su estilosa forma de andar, avanzó, mientras se acomodaba el pelo, hacia la oficina. Entonces me fijé en lo joven que se veía hoy. Fue un genial fin de semana para él, sin lugar a dudas. Para mi no fue muy duro, porque cuando sentía que no podía seguir sin verlo, pensaba en esa noche en la fiesta. Lo hicimos como unas cuatro veces, dos en el baño, las otras fueron en su estupenda casa. Creo que necesitaría un GPS si anduviera sola por los pasillos, para no perderme, claro. Después de todo, caballeroso me llevó a casa, y aun que hubiera preferido que se quedara en ella, se fue, dejándome sola. Ese era Louis William Tomlinson, señoras y señores. Pero eso no me importó, en el momento en el que le dije que si al juego, sabía como terminaría. No se si para él era normal hacerlo tantas veces en una noche, pero para mí fue la mejor experiencia, me encantó. Me gustaría seguir así con él, cuatro veces, y las cuatro quedé más que satisfecha y con el cuerpo de gelatina. Aun que ahora no era momento de pensar en eso, sino en lo sexy y juvenil que se ve con los pantalones pitillo y las gafas de sol de RayBan. Abrió la puerta de su oficina, y todas las chicas suspiraron. Yo aparté la mirada de él, y traté de verme lo mayormente sexy posible haciendo faena. A su paso, avanzando iba diciendo a los y las de la oficina lo que tenía que hacer mientras los señalaba con su sexy dedo. Hasta que llegó a mi y se paró. Oh dios, estaba temblando. Me quité el pelo que se colaba por mi escote para darle un mayor acceso. Se quitó las RayBan lentamente con asombro. Yo en ese preciso momento quería saltar a sus brazos y follármelo, pero tenía que caer él, quería que supiera que yo puedo mantenerme serena. Aun que me cueste lo mío, se que puedo. 

-Y tu… a mi despacho, ahora. –Finalizó—

Él se recolocó sus gafas y tiró con la cabeza bien alta hacia su despacho. Aun que todo el mundo tenía asignada una tarea por el jefe, todos estaban pendientes de la escena. Me sonrojé, pero no podía parar de sonreír. Arreglé algunos papeles de mi mesa, mas que nada para entretenerme con algo para no saltar de la alegría y gritar. Una vez ordenado todo, me alcé con cuidado de mi escritorio tratando de que no se me vea ni las bragas ni el brasier. Y aun que eso era como misión imposible, no se como lo conseguí. Con la misma gracia que Tomlinson avanzaba por el pasillo, seguí sus pasos y entré en el mayor despacho de la oficina, el del jefe. Oh dios, todos los trabajadores que han entrado en este despacho es para ser despedidos, y si todo marchaba bien, yo tenía que ser la excepción. Cuando abrí la puerta y vi a ese dios griego sentado en un pupitre como dos del mío, me puse al instante de ese rojizo natural que con él no podía evitar. Sacó a sus gorilas de la sala con un gesto con la cara, me miró y torció la boca con diversión.

-Bonito rubor, señorita Miller –sabía que le gustaría!— Dé una vuelta entera, pero lentamente, quiero disfrutar las vistas.

Hice caso a Tomlinson sin pensar en lo que hacía, tenía la mente en blanco, era como un juguete para él, y… me gustaba.

Cuando terminé, él tenía una mirada de diversión mucho más marcada. Oh dios, amaba esa cara. 

-Bien—suspiró—va usted a contestarme. ¿Se vistió así para provocarme?

Mierda.

-ah… um…

-Fantástico… voy a hacer una cosa que me apetece mucho, si es de su gusto.

-Claro.—asentí—

-primero, agradezco tener un pupitre que tape mi erección, segundo, como le tengo que devovlerle el favor de algun modo al pupitre, voy a cogerla encima, es mi fantasía. 

Oh, vamos claro, me agacho o me subes o que?Sin embargo no abrí la boca, temía decir lo que pensaba, la cual cosa asustaba un poco.

-pero antes… permíteme.—Apretó un botón de su teléfono— ¿señorita Clarkson?

¿¡La bitch?! Oí alto y claro la contestación, un ¿Si, señor Tomlinson? . Ahg, es que podía saber que es puta solo por la forma en que dice esas tres palabras.

-está usted despedida, la señorita Miller va a remplazar su puesto, que tenga un buen día.

Soltó el botón y se alzó de golpe, dejándome ver esa sexy erección. Por dios, era enorme.

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bien aqui está la parte 2:) espero que la disfruten y si lees esta novela me gustaria que te reportases votando o comentando, de verdad que me hace ilusion*-* <3 no pasen de mi...  

Lo Sensual De Un Golpe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora