Capítulo 9

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Los encuentros furtivos entre Cassandra y Suguru comenzaron a ser más frecuentes y eso les gustaba. Cuando un día un ramo de lirios blancos llegó a casa de Cass ésta no pudo dejar de sonreír ante la tarjeta.

Sé que estás sonriendo ante ésta tarjeta, mantén esa hermosa sonrisa toda tu vida.

Con cariño

El romanticón de tu corazón.

Ahora no sólo se veían únicamente los miércoles y los viernes. Ahora chateaban a diario y cada vez que sus trabajos lo permitía se veían.

Cass estaba flotando en el cielo desde que empezó esa rara relación con Suguru. Un día lluvioso de descanso después de un turno horrible, estaba hablando de lo lindo con Kento mientras preparaba su cena, éste estaba saliendo con Umiko una sensual y bonita pastelera a quien el rubio había conocido en Yokubō.

— Quiero que vengas el viernes, quiero que conozcas a Umiko y quien sabe tal vez podamos divertirnos después — Kento le propuso a Cass.

— Te diría que si, pero tengo un compromiso el viernes. No puedo faltar — le respondía Cassie a Kento por el altavoz mientras terminaba de picar unas cosas para su cena.

— Todos tus viernes ahora están ocupados Cass, ¿Acaso me estás ocultando algo? — Kento era muy perspicaz.

— Sabes que no, ahora he estado en muchas cosas y por eso mis viernes son ocupados. Me disculpas por eso. Además no quiero hacer un mal trío.

— ¿Desde cuándo Cassandra Leigh se niega a un trío? — preguntó Kento muy extrañado.

— ¡Desde que estás con novia! Así que disfruta de tu chica.

***

Viernes

— ¿Cómo que no podemos vernos? — Suguru reclamaba al otro lado de la línea — Cariño, ¿sabes cuánto he esperado para verte?

— Si, desde el miércoles.

Suguru soltó una carcajada por la respuesta de Cassandra.

— ¿Te pusieron turno? — preguntó el azabache.

— No.

— Entonces, ¿no quieres verme? — Suguru había comenzado a preocuparse.

— Debo hacer algo muy importante ese día, no puedo cambiarlo — Cass tenía puesta la actitud de doctora en ese momento, tanto que Suguru se extrañó un poco.

— Cass amor ¿todo está bien? Eres médica y sé que diriges un equipo, pero no hago parte de el. Hago parte de tu vida y si me empiezas a ocultar cosas no estaría bien —ese gesto de Suguru la desconcertó pero tenía razón: no le podía ocultar cosas y más si querían que su relación funcionará. Ya de por sí era difícil ocultar a su círculo social que andaban juntos.

— Lo siento cariño discúlpame, ven esta noche y acompáñame a dónde debo ir. Te vas a dar cuenta por ti mismo ¿te parece? — dijo Cassie cariñosamente.

— Perfecto, te veo en la noche. Pasaré por tí. ¿A qué hora está  bien? — preguntó el azabache.

— Pasa a las 7, Suguru no vayas a ponerte nada elegante. Con algo informal estarás bien.

En la noche el pelinegro llegó al departamento de su novia dándose cuenta que era en serio lo de estar informal, ella estaba con un sweater largo, un pantalón negro ajustado y unos tennis blancos. Él iba con una chamarra de denim, camiseta negra, pantalón del mismo color y unos tennis Converse blancos.

Malditamente tuyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora