Capitulo 4

8 1 4
                                    

Después de ese día tuve la sensación de que todo vendría costa abajo, tenía que escapar de alguna manera u otra.

Demián me seguía a todas partes, incluso tenía la sensación de que el estaba hasta en mi cuarto, decidí decirle a mi madre y ella solo me tomo por loco.

Pasarán unas cuantas semanas y todo pareció calmarse, quizás solo estaba exagerando mucho ¿no es así?

Era un viernes por la tarde, apenas comenzaba el receso y yo estaba sentado con mis amigos mientras pláticabamos y reíamos, era bastante divertido hasta que el llegó...

Demián llegó sin previo aviso, se sentó al lado mio y apoyo su cabeza en mi hombro, los demás no se habían dado cuenta, pero yo estaba bastante incómodo así que solo lo aleje.

Al parecer el lo tomó a mal ya que volvió a hacer lo mismo, pero esta vez tomando mi brazo con fuerza, yo solo lo empuje levemente y le hable con seriedad.

-Detente, estas invadiendo mi espacio personal.-
Le dije con un enojo presente en mi voz, el solo me miro con una mirada triste e inocente que rápidamente hizo que mi ira se desvaneciera.

Lo mire por unos segundos antes de suspirar y ablandarme por un momento.

-Esta bien, haz lo que quieras.-
Le dije con una pequeña molestia notable en mi voz, el me regalo una sonrisa dulce y volvió a recostar su cabeza en mi hombro.

Por más incómodo que me sintiera no había mucho que podía hacer, al final de todo con solo esa mirada hacia que yo cayera a sus pies aceptando sus tratos ya fueran buenos o malos.

Todo es los días siempre era lo mismo pues el sabia que con solo esa pequeña mirada yo le cumpliría sus caprichosos sin rechistar.

El me tenía como su pequeño perrito faldero y yo era consciente de ello, pero todo esto me hacía sentir... Manipulado y tenía que ponerle un alto.

Esta vez yo estaba solo escribiendo algunas cosas mientras comía unas cuantas uvas, todo estaba tranquilo hasta que Demián llegó a molestarme.

El se acercó a mi, se inclinó cerca y beso mis labios a lo que yo rápidamente lo empuje con irritación en mi.

-¡¿Qué mierda te pasa?!-
Dije con odio, el me miro con esos ojos nuevamente, con esa inocencia con la cual sabia que yo caería sin ningún pero.

En vez de eso yo termine golpeandolo, estaba tan molesto como para saber lo que estaba haciendo, pero en cuanto lo hice, el rápidamente me miro con odio.

El me tiro al suelo con una fuerza increíble, se puso encima de mi y comenzó a golpearme, yo intente defenderme, pero era bastante difícil porque el estaba reteniendo mis brazos con sus piernas.

Esa fue la última vez que intenté escapar, siempre pensaba en hacerlo, pero... ¿Vale la pena escapar?

★Las Rosas Siempre Tendran Espinas 🥀★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora