Capítulo 10

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Después de todo lo que pasó la mayoría de mis amigos continuaban hablando conmigo excepto Leonora.

Cada que yo intentaba hablar con ella, ella siempre me miraba de pies a cabeza, ponía los ojos en blanco y se iba ignorandome por completo.

Normalmente iba al salón de Artes para almorzar algo a la hora del descanso, pero yo notaba que el profesor siempre me miraba de cierta forma al estar ahí.

El era un hombre apuesto, de un buen aspecto y bastante serio.

Una vez yo fui a almorzar como de costumbre y al igual el estaba ahí acomodando algunas cosas, yo pedi permiso para entrar y se me fue concedido, en cuanto me senté pude notar la mirada del maestro.

El me miraba con algún tipo de deseo y sin terminar de acomodar se sentó junto a mi y comenzó a platicar conmigo , yo me sentí un poco incómodo por la forma que me miraba, pero decidí no hablar y comer mi almuerzo.

Al parecer esto le molesto al hombre que comenzó a tocarme levemente la pierna y preguntarme si lo estaba escuchando.

Yo cuidadosamente aleje su mano y pedi perdón, pero el solo me tomo de los hombros y al parecer sin pensarlo dos veces comenzo a besar y mordisquear mi cuello.

Podía sentir sus dientes y labios en mi piel, era doloroso y horrible, lo hacía con tanta fuerza que podía sentir un ardor, pero no hice mucho más que intentar empujarlo.

El con rapidez y sin tomarse el tiempo de intentarlo arrancó el uniforme que llevaba puesto, yo grite levemente e intente empujarlo e incluso lo llegue a patear un poco.

El se quitó los pantalones, me posicionó debajo de el y rápidamente metió su miembro en mi entrada. Yo grite de dolor mientras continuaba pataleando, pero el tomo mis piernas y comenzo a darme rápidas y profundas embestidas.

Yo gritaba profundamente del dolor, pero al parecer nadie estaba por ahí, ya hacia tiempo que no veía a Demián y no pasaba nada de esto, no sé en verdad porque ya no iba tan constantemente a la escuela o a mi casa, la verdad no me importaba.

Al parecer pasaron casi dos horas de eso ya que pude escuchar el timbre sonar una o dos veces.

Después de lo que pasó yo estaba en el suelo sollozando mientras el maestro estaba en la entrada del salon fumando un cigarrillo.

Podía sentir las marcas de los cortes en mis costillas, solían gracias a los arañazos que me había dado aquel hombre cada que me sostenía.

Pude escuchar el timbre sonar por última vez y con las pocas fuerzas que tenía me puse mi ropa tome mis cosas y sali del lugar, aunque el me detuvo para besarme, me dio tanto asco hacerlo tanto por el sabor del cigarrillo y por haber sido violado nuevamente por una persona diferente.

Yo lo empuje levemente y sali con rapidez, fui a por mi mochila hacia mi casillero, guarde mi almuerzo y la tome para salir.

No me tomo mucho tiempo llegar a casa y en cuanto volvi rápidamente fui a vomitar, mi madre estaba en la casa de mi abuela, lo sabía porque me lo había dicho antes de salir.

Yo vomite por horas, no fue ni un rastro de comida, fue sangre, en verdad fue doloroso hasta que termine desplomandome en el suelo inconsciente...

En verdad nunca supe cuanto tiempo había pasado, pero cuando abri los ojos desperté en mi cama, pude ver a alguien al lado mio el cual al parecer se alegro de que me despertara, mi visita estaba nublada así que no pude saber quién era.

Pero en cuanto lo escuche hablar pude reconocerlo.

-¡Mi hermosa rosa! Por fin despiertas.-

Dijo el con un tono suave y gentil lo cual mando unos pequeños escalofríos por mi espalda.

Supe por ese apodo, que era Demián, sentí como si pequeñas mariposas en mi estómago comenzarán a levantarse, algo que me pareció un tanto ilógico ya que el había abusado de mi, aunque no me tomo mucho tiempo recordar el síndrome de Estocolmo.

Me negué a pensar que en verdad estaba sufriendo de eso así que solo me separe de Demián y lo miro por unos segundos antes de hablar.

-¿Qué haces aquí?-
Pregunte con una voz fría y callada.

El solo me miro con una sonrisa y se levantó para darme un vaso de agua.

-Vine a verte, ¿no te alegra verme?-
Respondió y preguntó con esa voz que aún me molestaba yo solo tome un poco del agua que me entregó y volvi a dejarle en la mesita de noche.

-¿Esperas que me alegre de verte después de todo lo que pasó?-
Cuestione al chico un tanto molesto.

El solo se quedó callado y me miro un tanto amenazante, pero no hizo nada.

-Supe lo que te hizo aquel profesor, ¿por qué dejaste que te tocará?-
Hablo el con un enojo evidente, se podía notar lo posesivo que era y yo solo me quedé callado y me volví a acostar en la cama.

-El es más fuerte que yo, no esperabas que en verdad pudiera noquearlo.-
Mi voz contenía un pequeño toque de sarcasmo, algo que a él lo molesto más, pero solo agarro el vaso con agua y lo tiro al piso rompiendolo por completo.

-Bien, pues yo me encargaré de el si tu no eres capaz de hacer nada.-

En ese momento sólo suspire y cerré levemente los ojos, ahí fue cuando pude escuchar como el caminaba y al parecer salió por mi ventana ya que escuche como saltaba de ahí.

No le puse mucha atención, me acomode un poco y me quedé dormido por completo esperando a que Demián solo dijera eso por el enojo y en verdad no hiciera nada de lo que fuera a arrepentirse.

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⏰ Última actualización: Jul 10 ⏰

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