Mi historia con auryn -2 temporada-

Mi historia con auryn -capitulo 12-

-Quiero irme a casa, enserio, estaré bien. -Digo y Álvaro tuerce una mueca de desaprobación- Sé cuidarme sola -Añado.

Él suspira derrotado y yo miro sus ojos cristalizados, dejo un beso sobre su mejilla y salgo de allí, cuanto más camino recorro, más se intensifica el dolor que siento en mi corazón.

Cuando abro la puerta, no puedo evitar estallar en lágrimas.

"Todo esto es tu puta culpa, si no fueras tan idiota, Carlos ahora mismo estaría aquí, contigo" -Me recuerda una voz en mi cabeza.

Arrastro los pies por todo el pasillo hasta llegar a la habitación y abro el armario para buscar ropa limpia que ponerme, pero el olor a Carlos invade mis fosas nasales y eso provoca que llore con más intensidad, me quito la ropa y me pongo una de las camisetas de Carlos, paso por delante del espejo sin mirarme, sé que eso me decepcionaría más.

"No llores por mi, te quiero, recuerdalo siempre" -La voz de Carlos resuena en mi cabeza.

Me doy la vuelta con la esperanza de encontrarme a Carlos diciendo que esto sólo es una pesadilla, pero, para mi mala suerte, sólo encuentro el sofá en el que Carlos y yo hemos caído rendidos tantas veces.

¿Acaso me estoy volviendo loca?

Suelto un suspiro y retengo las lágrimas que amenazan con salir de mis ojos, Carlos no quiere que llore por él.

"No ha dicho eso, sólo es que eres una puta loca y escuchas voces, él está muerto, ¿Entiendes? Muerto. Y todo por tu culpa." -Otra vez, una voz me habla.

"No le hagas caso, mi vida, nada de esto es tu culpa, ni mía, no es culpa de nadie, son cosas que pasan" -Vuelvo a oír la voz de Carlos- "Siento dejarte a solas con Luke"

¡Luke!, es verdad, me había olvidado de él, llevo mi mano a mi barriga ya bastante notable y una débil sonrisa escapa de mis labios.

"Seguro que tu hijo también muere, eres especialista en matar a las personas que quieres, por lo que veo." -Dice otra vez esa odiosa voz en mi cabeza.

Es como si tuviera dos voces en mi cabeza, la buena, que es la de Carlos, y la mala, que no sé ni quien coño es ni como parar de escucharla.

-Ay, Carlos... ¿Por qué te fuiste tan pronto? Te echo de menos. -Susurro cómo si él pudiera oírme.

Duele pensar que nunca más veré sus ojos mirando nuestras manos entrelazadas, duele pensar que nunca más volveré a oír su voz diciéndome "Te quiero" y duele pensar que nunca más sentiré sus brazos rodeándome.

Han pasado tres días desde que Carlos murió, he estado en casa de Blas, de Dani y en la de Álvaro no duré mucho ya que conseguí convencerle de que estaría bien. ¡Já! y se lo creyó, parece mentira que él no sepa que no puedo estar bien sin Carlos.

El sonido del timbre me saca de mis pensamientos.