PLAYING WITH FIRE - Jenlisa

- 𝙲𝙴𝙻𝙾𝚂

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( Playing with fire ) — ᶻ 𝗓 𐰁

Estábamos jugando a la mesa de las bebidas, que es una mesa con dos triángulos en cada lado, apuntando hacia él dentro. Dentro de esos triángulos hay círculos ordenados para poner los vasos con las bebidas. Son dos equipos, el azul y el rojo. Eligen a un miembro de cada equipo  y compiten para ver quien bebe más, no es necesario que sea alcohol. Quien más pelotas de Ping Pong hayan metido en los vasos, más probabilidades de ganar.

La primera ronda se asomaba, Jennie y Soyeon serían las primeras en competir.

Soyeon iba ganando con una gran ventaja, 4-0, todo especulaba a que iban a ganar. Solo si Soyeon empezaba a fallar y Jennie a acertar ganarían las azules, Jenn y Momo.

Jennie no iba borracha así que tenía la ventaja para acertar y así lo hizo, llegando q estar 5-4 y así sucesivamente subiendo.

Al final el equipo azul, compuesto por Jennie y Momo había ganado.

Luego tocó la ronda entre Momo y Jisoo.

Las chicas iban muy reñidas, probablemente, acabarían en empate o la ganaría alguna solo por un punto pero sin remontar, como había pasado anteriormente.

El equipo rojo había ganado esta ronda, el equipo rojo y el azul habían empatado.

Iban a jugar otro juego, pero Lisa y Rosé les interrumpieron, Rosé ya se iba y no se podía quedar más, porque tenían que cuidar a su hermana menor.

Jennie se alejó de todo su círculo de amistades por un momento y se fue a la pista de baile donde encontró a otro chico y se fueron al coche de este.

Se encontraban besándose cuando, de nuevo, apareció Lalisa Manobal, con su inútil ataque de celos.

Jennie no lo soportó más y decidió irse, pero un brazo le paró.

—Suéltame.—exigió Jenn.

—Yo no te llevaría a casa embarazada y borracha, así que tu hermana tampoco, digo yo.

—¿Y ahora te preocupas por mi? ¿Cuando no está tu novia?—remarcó la palabra tú aún que con un poco de dolor, no le gustaba decir eso.

—Me he estado preocupando por ti toda la noche, Jenn.

—Jennie.—corrigió esta, un poco molesta.

—Nini.

—J-E-N-N-I-E.—Deletreó Jenn.

—Bueno, Jenn, que lo veas ahora no es mi culpa, pero llevo toda la noche mirándote para que no te dieran nada y te drogaran.

—Número uno, soy mayor que tú, número dos, conozco este sitio más que tú, yo nací aquí, tu no.
Eso de cierta manera le dolió a Lisa, era cierto que ese no era su país, pero se sentía de ahí, desde muy pequeña estaba ahí, ya que su padre abandonó a Lisa y a su madre, el hombre que vivía actualmente con ellas, era su padrastro, un hombre rico y adinerado, que solo sabe fardar y trabajar.

Lisa odiaba a su padrastro, no entendía como le podía llamar hija, cuando no era nada así. Sí, prefería a su padrastro que a su padre, pero seguía pensando en dos cosas, en que su madre solo está con él por dinero, y, en qué habría pasado si su padre no les hubiera abandonado.