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A veces, JaeHyun no sabía si haberle contado a JuYeon sobre sus sentimientos había hecho que todo fuera mejor o peor. Era mejor en el sentido de que no tenía que estar mintiendo todo el tiempo y pretendiendo ser feliz mientras que se sentía como una mierda. Era mejor en el sentido de que JuYeon había dejado de hacer alarde sobre lo feliz que era con NaYeon.

Pero en otros aspectos, era mucho, mucho peor. Porque podía sentir la piedad de JuYeon, la culpa de JuYeon, el esfuerzo que JuYeon hacía para que su relación no fuera diferente a la de antes. Y era jodidamente horrible.

A veces JaeHyun se sentía con ganas de gritarle a JuYeon que no necesitaba de su compasión, que no era un frágil jarrón que se rompería con cualquier mención de NaYeon. Otras veces apenas podía evitar besar a JuYeon, porque era tan condenadamente bueno para él, siempre sobreprotector, queriendo proteger a JaeHyun de cualquier dolor y daño, incluso si era él quien últimamente lo hería.

—¿Soy yo, o JuYeon está jugando al casamentero? —dijo Jacob, apartándolo de sus pensamientos.

JaeHyun suspiró. Este fue otro cambio a peor: JuYeon estaba decidido a encontrar un novio que haría a JaeHyun olvidar todo sobre él. En las últimas semanas desde que le había contado todo a JuYeon, este hizo de todo para forzarlo a dejar a San, sabiendo que a JaeHyun él no le importaba, y lo empujó hacia tres tíos diferentes, todos ellos escogidos por la mano de JuYeon. JunYung fue el cuarto suertudo.

JaeHyun levantó la mirada de su cerveza para mirar a JunYung por sobre la mesa. A diferencia de sus predecesores, Jacob era en realidad un chico al que conocía muy bien y le gustaba. JaeHyun lo consideraba un amigo cercano –no tan cercano como JuYeon, por supuesto, pero aún así. Él y Jacob habían compartido el mismo círculo de conocidos durante tanto tiempo como podía recordar. Como los únicos herederos de sus respectivas familias, obscenamente ricas, se entendían bien. Jacob era el “chico dulce” al que Bárbara se había referido cuando acusó al padre de Jacob de ser un criminal. Lo que TaeYeon no sabía era que JunYung era gay y estaba profundamente enterrado en el armario, al igual que su hijo –lo cual era algo que ella también desconocía. Jacob era la única persona que había sabido que él era gay desde hace años.

—Sí —admitió JaeHyun con una mueca—. Solo ignóralo, ¿de acuerdo? Sigo diciéndole que deje arrojarme tipos, pero conoces a JuYeon. Si pone su mente en algo, nada puede pararlo. Está decidido a encontrarme el novio perfecto.

Las doradas cejas de Jacob se elevaron.

—Supongo que debería sentirme halagado de que me escogiera como candidato, entonces.

JaeHyun le sonrió.

—JuYeon puede ser hétero, pero no es ciego —Jacob sin duda era digno de verse.

Incluso dejando su enorme herencia de lado, era un buen partido. Tenía el cabello rubio oscuro, profundos ojos color chocolate, la estructura ósea perfecta, y una piel impecable. Jacob era un par de pulgadas más bajo y de construcción más ligera que JaeHyun, pero muy en forma. Él se veía bien y lo sabía.

—Muchas gracias —dijo Jacob, guiñándole un ojo—, tú no estás tan mal tampoco.

No era de extrañar que JuYeon confundiera su flirteo inocente por algo que no era. Siendo hétero, JuYeon probablemente no podía ver que no había verdadera química entre JaeHyun y Jacob. Habían sido el primer beso uno del otro, pero nunca habían estado demasiado atraídos el uno por el otro, incluso cuando eran adolescentes atestados de hormonas.

—No soy lo suficientemente ‘malo’ para ti —dijo JaeHyun con una suave risa. La debilidad de Jacob por los chicos malos estaba bien documentada.

𝗦𝗚, 05. 𝗖𝗢𝗡𝗙𝗨𝗦𝗜𝗡𝗚 | 𝗝𝘂𝗝𝗮𝗲 (𝗧𝗕𝗭) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora