Mi novio iba a casarse, sí, mi novio, no mi ex, no, no, mi novio; esto era una locura y los locos eran sus padres, algún tipo de acuerdo tradicionalista del siglo pasado, pero según ellos, la mano de una joven había sido prometida a él prácticamente desde la cuna. Que alguien les dijera que esto es el siglo XXI por amor a Merlín.
Draco intentó disolver el acuerdo, pero no hubo poder humano que lo hiciera, menuda basura su sistema familiar.
Había sido un duro golpe para ambos, pues nos amábamos, pero eso de nada sirvió con sus padres, ni siquiera el hecho de que los padres de aquella joven ya no estaban en este mundo para hacer cumplir dicho acuerdo, los señores Malfoy se decían personas de honor y estaban dispuestos a hacerlo valer ellos mismos y la señorita Greengrass tampoco se notaba reacia a llevarlo a cabo, al parecer, ella sentía ciertos afectos por el hombre; no hubo nada que él o yo pudiéramos hacer y así, tuvo que cumplir. Ni siquiera puedo explicar el dolor que yo sentí al ver la noticia en el Profeta al día siguiente del evento, donde las familias de mayor alcurnia mágica de la ciudad y algunas que habían viajado de toda Inglaterra se dieron cita en los preciosos jardines de la mansión Malfoy, dando la bienvenida al nuevo matrimonio, esa fue la última vez que supe algo de él, no lechuzas, no llamadas al teléfono móvil que le enseñé a usar; nada. Tuve que resignarme y seguir con mi vida normal, pero dolía, vaya que dolía.
Fue cerca del que sería su segundo aniversario cuando una extraña lechuza llegó a mi ventana, pidiendo una cita para encontrarnos en mi misma casa esa tarde, de todas las personas que pensé alguna vez mandarían algo así, esa era sin duda la última en la lista. No estaba segura de qué esperar, pero soy una persona curiosa y no me pude negar, así que decidida, le indiqué la dirección.
El timbre sonó a las cuatro en punto, a la hora que se había acordado y yo ahora estaba nerviosa, muy nerviosa, pero ya no podía echarme para atrás; tomé aire y abrí la puerta con la mejor sonrisa que pude fingir.
—Hermione, es un gusto verte.
—Igualmente, creo. Pase, por favor, preparé un poco de té, ¿le apetece un poco?
—Creo que lo aceptaré, ¿podemos tomarlo en tu cocina?
—Por supuesto.
Serví ambas tazas y acerqué un platón con galletas, me senté y esperé a que se dijera la razón de esa visita, comenzaba a ponerme nerviosa.
—Hermione, creéme, también tengo nervios, ciertamente no esperaba algún día venir a tocar a tu puerta, pero es importante.
—Entonces, soy toda oídos.
—Debes saber quien soy, ¿no? —asentí— También debes saber que sé quién eres tú—abrí los ojos sorprendida.
—Si esto es algún tipo de reclamo, que crea que yo...
—Nada de eso—soltó una risa—, no es por eso que estoy aquí. Yo he venido a ofrecerte más bien un trato, un acuerdo.
—No tengo muy buenas experiencias con los acuerdos—me recargué en mi silla, cruzándome de brazos.
—Lo sé—por su mirada atravesó algo sombrío—. Pero este acuerdo podría beneficiarte.
—Supongo que nada pierdo con escuchar—suspiré.
—Escucha, yo amo mucho a Draco, de verdad lo amo—eso punzó mi corazón—, pero él a mí no, él ha estado y sigue enamorado de ti, no hay día que no te piense ni día que no lo descubra viendo alguna foto tuya o de ustedes cuando estaban juntos y por tu expresión sé que tú también aún lo amas, ¿o me equivoco?
—No, no te equivocas.
—Entonces esto es así. Como podrás apreciar, no puedo moverme como quisiera—asentí confundida, bueno, la mujer había quedado confinada a una silla de ruedas a raíz del accidente donde murieron sus padres y su hermana, pero, ¿qué?---. Draco por supuesto sale durante el día a trabajar y yo me quedo en casa con nuestra hija—otra punzada, habían tenido una hija—, tiene un año y ya camina un poco...
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El Acuerdo (Dramione)
FanficMi novio iba a casarse, sí, mi novio, no mi ex novio, MI NOVIO, todo por un acuerdo hecho por su familia y la de su futura esposa cuando eran unos bebés. ¿Acuerdo matrimonial en pleno siglo XXI? Que alguien los actualizara. Pero no todo estaba perdi...