•°THE BLOOD DRAGON《 HOTD🐉| DAEMON TARGARYEN

(002)"Había Una Vez Una Princesa En Un Castillo Pt. 1"

Mi dulce niña, no mereces el dolor que puede ofrecer este mundo—
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En una habitación casi vacía, con cortinas tan oscuras y negras que apenas dejaban entrar la luz del día, donde la única iluminación era una antorcha casi consumida, se oía un llanto ensordecedor desde la única cuna dorada que allí había.

Una puerta se abrió con un chirrido y por ella entró una mujer de mediana edad que al escuchar los llantos preocupada se acerco rápidamente, encontrándose entre unos pocos pliegues de mantas bordadas un bebe regordete, tomándola rápidamente entre sus brazos se acerco a la poca luz que había, horrorizada encontrándose con la princesa menor con los ojos rojos e hinchados comparables al tono del mechón en su cabeza y extremadamente pálida.

¿Cuánto tiempo había estado olvidada ahí?

¿Quién la había dejado allí?

¿De verdad habían dejado a la princesa a su suerte?

Había escuchado que la familia real no sentía especial afecto hacia la princesa menor, en especial su padre, pero no parecía razón suficiente para dejarla morir de hambre en una habitación abandonada.

Se fue en marcha con el bebe en dirección a la sala del trono.

Nerviosa y asustada por la expresión interrogante del rey, se le acercó con la bebe.

—Su majestad...— Comenzó, el rey sintiendo sus nervios le hizo un gesto incitándola a continuar — Encontré a la princesa en una habitación abandonada — explico despacio.

—A Nyra le gusta explorar, no hay problema con eso—explicó con calma.

—Me refiero a la princesa Aemmyra su majestad— el reconocimiento llegó a la cara de Viserys y también el disgusto al escuchar ese nombre y ver el bulto en los brazos de su sirvienta que estaba tensa frente a el.

—Ah, bueno, no importa— le resto importancia— ¿algo más?— preguntó de mal humor, su día se había arruinado con la presencia de su hija menor.

Con resignación y aún sorprendida por la frialdad de su rey con su propia hija negó y caminó hacia la salida con ella en brazos, decidida a cuidarla hasta el fin de sus días.

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Una niña de cinco años corría por la fortaleza, correteando con otros niños, la diferencia entre clases entre ella y los demás era demasiado clara para cualquiera de las criadas que los observará, no solo la ropa delataba su procedencia de alta cuna, a diferencia de sus compañeros que vestían ropa de servidumbre, su ropaje era de la mas fina tela, nada extravagante, pero si a la vista, cara, también lo hacia su aspecto, sus ojos violetas y sus rasgos faciales marcaban su ascendencia Valirya y en su cabeza el cabello blanco la distinguiría como parte de la familia real.

Pero para la princesa no había distinción entre ella y sus pocos amigos, Aemma los veía como sus iguales, después de todo eran los únicos amigos que tenía, la mayoría de los niños la ignoraban a petición de sus padres que no querían enfrentar la ira de la princesa mayor, que odiaba la existencia de su hermana pequeña y hacia hasta lo imposible por hacer sentir inferior a la niña.

Dos niños y una niña conformaban su círculo.

Uno era alto y castaño, era mayor al resto por un año y algunos meses llamado Lissyan, hijo de una de los sirvientes de la difunta reina.