Días largos

96 11 7
                                    

Estos días han sido muy largos y a su vez tan cortos, cada que te visitaba el tiempo se esfumaba como agua entre mis manos, pero cuando no te veo, el día se me hace eterno, siento que he vivido ochenta años, cuando solo han pasado cinco minutos.

Hoy tengo que verte, ya no soporto la idea de pasar otros cinco minutos más, alejado de ti...

Al verte parado cerca de aquel gran ventanal que estaba en tu habitación, sumergido en ver cómo aquellas gotas caen del cielo, taciturno, perdido en aquel agradable olor que sueltan estás al caer sobre la tierra, humedeciendo la, me acerqué a ti y abarce tu espalda, bese tu hombro derecho el cual se encontraba desnudo, no te inmutaste ante tal acción, seguías con tu mirada perdida en las gotas de lluvia.

—Sabes, tuve un sueño de lo más extraño, en el, un chico te llevaba muy lejos, te alejaba del mundo y te mantenía para él, para su disfrute, justo como yo, pero hay una diferencia, yo te amo, él no, ese chico no te amaba, solo te veía como un trofeo que quería ganar a toda costa, si eso significaba hacer trampa, él te lastimaba, justo como Felix, ese chico no temerece, mi amor, aquí estás bien, aunque nadie te pueda tocar, te daré todo, cariño. —Le comenzé a contar sobre aquel sueño, desde que tengo a Changbin conmigo, aquellas imágenes vienen cada vez más, no sé si es por lo ansioso que me pone el no tenerlo cerca de mi, que no pueda apreciar su belleza siempre.

Miré su pierna enyesada, sí, hace unos días mi bonito, intento huir, gracias a la luna que mis guardias lograron obstruir su Rita de escape, le pedí a esos gorilas que rompieran su pierna, me dolió más a mi qué a él, ya que no me gusta para nada, ver qué alguien más lo lastime pero era necesario, no quería que mi Changbin sliera al mundo exterior, a ese mundo lleno de dolor, odio y sufrimiento, no quería exponerlo de nuevo a eso.

—¿Aún duele? —Lo senté sobre la cama para así poder poner mis manos sobre sus rodillas y poder recargar mi rostro en estás, esperando como un cachorro a qué su dueño le un mimo, porqué sí, Changbin es mi dueño y el dueño de mi corazón.

Dios, ¿Por qué eres tan lindo?, con un solo movimiento de tu cabeza, negando, haces que mi corazón de un brinco de felicidad, tus cabellos se movían por los leves movimientos, hermosos cabellos negros, iguales a los míos, pero sin duda, el tuyo es el cabello más hermoso del mundo.

Desearía cogerte aquí y ahora, pero te veo tan cansado, mi amor, sé que hay días en los que te tomo de una forma muy violenta, desmedida, pasional, trato de compensar esas veces con unas noches llenas de cariño, amo recorrer tu cuerpo mientras dejo besos húmedos por toda tu piel, es lo más exquisito del maldito planeta.

—Han sido días muy largos, cariño, descansa hoy, mañana te llevaré a ver un hermoso campo de flores que preparé con antelación, para ti, hay rosas realmente encantadoras, descansa. —Te recosté sobre tu cama, le pedí a mis hombres que te consiguieran la cama más grande y suave para que pudieras descansar como un rey, lindo.

Besar tu hermosa frente también es perfecto.
Tengo que irme, mañana volveré para ver esas flores, te arrope, no quiero que te enfermes, verte así me pondrá mal, te amo, MI CHANGBIN.

Porque te amo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora