¿Qué quieres?

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Un joven niño de 10 años, andaba por las calles de esa ciudad, buscando entre las millones de personas que transitaban cada lugar.

¿No encontraste nada? – Pregunto una sombra asomándose por uno de sus hombros del joven niño.

No, no creo que esté él, por este lado – Dijo el niño, mientras inspeccionaba cada lugar con la mirada.

¡No me refiero a tu perdido hermano! ¡Me refiero a que si buscaste algo que comer! – Dijo la sombra.

No, pero eso lo veré más luego, quiero seguir con la búsqueda – Dijo el niño deteniéndose mientras lo mira de reojo para volver a desviar la mirada a sus alrededores, pero de la nada su estómago ruge fuertemente.

Pues tus tripas dicen lo contrario – Dijo la sombra negra con sus ojos entre cerrados – Desde esta mañana no he visto ni un solo pan que te lleves en la boca – Dijo.

¿Y por qué te debería preocupar tanto si como o no? ¿No disfrutabas de mi sufrimiento? – Dijo el niño, mirándolo con indignación y juzgándole – Además pensé que te daba igual lo que me pasé – Dijo – Y que sepa, tú no necesitas alimento, eres un fantasma, estás muerto - Dijo mirándolo mientras se acaricia el estómago vacío.

No lo necesitó, puedo estar bien sin ingerir lo que tú necesitas casi a diario – Dijo de lo más tranquilo, la sombra - Me da una misera, tu existencia – Dijo – Pero ¿de qué me sirve que estires la pata, si ya no tendré al único humano que me puede ver y escuchar, para hacerle su vida una miseria? Se acabaría mi diversión en este mundo tan aburrido de puros vivos – Dijo tranquilamente.

Qué bonita forma de hacerme sentir bien – Dijo el niño con sarcasmo, mirándolo – Ahora recuerdo porque siempre estás pegado a mí ¿Por qué no mejor buscas a otra persona, que atormentar? – Pregunto mirándolo mientras caminaba – Debes estar aburrido al verme que no te entretengo mucho – Dijo – Ya desde hace mucho, tus torturas fantasmales, ya no hacen meya en mí – Dijo recordando que desde hace mucho dejo de tenerle miedo o afectar lo que diga o haga con él.

¿Bromeas? Es gracioso ver que tus esperanzas de encontrar a tu hermanito se van esfumando y presenciar la desgracia que te persigue – Dijo la sombra con una sonrisa maliciosa.

Que simpático tus ideales – Dijo con evidente sarcasmo y molestia el joven niño, pero su estómago volvió a sonar en gruñido, deteniéndose para mirar y sobar su estómago.

Creo que debiste tomar algo de la cafetería antes de salir de esa prisión – Dijo mientras levitaba a su lado recostado de brazos cruzados por la nuca, la sombra.

No soy un ladrón – Dijo el niño con la seña fruncida.

Pero no tardarás en serlo por la desesperación de tu hambre – Dijo la sombra con una sonrisa de malicia – Quiero ver cuanto resistes la tentación de pecar – Dijo.

El niño no dijo nada, solo desvió la mirada de la sombra que lo sigue a todos lados.

En un callejón se encontró el joven niño rebuscando en los enormes contenedores de basura de las espaldas de un restaurant.

Te ves patético – Dijo la sombra de brazos cruzados mirando desde una distancia, como el niño buscaba algo que comer.

El joven niño no le prestó atención y siguió su búsqueda, pero ni encontró las costras de un pan, vencido, solo sale del contenedor dando un suspiro de indignación. Saliendo del callejón se fue a otro para ver si encontraba algo que calme un poco su hambre, ya que no comió desde el día anterior.

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⏰ Última actualización: Apr 27 ⏰

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