VII

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Alec dejó de jalar la manga del guardia lindo una vez que salieron de ese pasillo, aún con la toalla sobre sus hombros, su cabello no del todo seco y algunas cosas en las manos.

- ¿Por qué la prisa por dejarlos solos?

Preguntó Magnus al lindo doncel que se veía igual de hermoso que cuando asistía a las pruebas, incluso se veía mejor que entonces, ahora Alexander estaba recién salido del baño, tan fresco, natural y en confianza que lo conmovía y ponía celoso. Fué por eso que despidió a los demás guardias que llegaron con todo el alboroto, no quería que ellos lo vieran así. Nadie más que él merecía verlo así.

- Dame un minuto

Alec entró rápidamente a las habitaciones de los donceles y dejó sus implementos de aseo en su cama, tomó una túnica sencilla color negro un poco más gruesa y que cubría bien lo que la túnica interior dejaba ver al ser muy delgada.
Salió nuevamente encontrando a Magnus esperando pacientemente a que él llegara y verlo hizo latir su corazón y calentó sus mejillas.

- Lamento todo eso, pero con nosotros ahí, no creo que Jace o tu amigo se animen a tener una charla

Arrugó un poco su nariz haciendo un gesto muy tierno y Magnus comenzó a caminar al lado del doncel que se dirigía a un estanque más apartado.
No quería habladurías tan pronto, suficiente era con la noticia del ataque a su persona.

- Tienes razón, Ragnor es gruñón y serio, aún con nosotros dándole su espacio quizá no se anime a avanzar con tu amigo

Alec hizo mala cara, eso temía.

- Preferiría que Ragnor ponga los pies en la tierra más temprano que tarde, si a Jace lo descalifican enviaré un mensaje para que mi hermano venga por él y se lo lleve a casa. Rafa no tiene pareja y creo que los dos se llevarían muy bien.

Magnus se asustó de inmediato con la posibilidad de que esos dos peculiares muchachos dejaran el palacio.

- ¿Quieres llevarlo contigo? ¿Cuál es la prisa por irse?

Preguntó un poco tenso, Alec lo notó y dejó un poco de su seriedad a un lado.

- La vida de Jace es muy difícil, me avergüenzan de cierta forma las comodidades a las que he estado acostumbrado toda mi vida... Tengo la posibilidad de ayudarlo a él y a su familia, si me permiten hacerlo su vida quizá no esté llena de lujo pero ya no pasarán carencias, es todo. Tu amigo parece ser una buena persona pero no dejaré que haga sufrir al mío, si no es lo suficientemente valiente para avanzar con sus sentimientos entonces no es digno de ese rubio.

Alec quizá no lo dijo con intención de hacer recapacitar a Magnus pero al mismo tiempo que las intenciones del doncel conmovieron al príncipe, sus palabras también le hicieron poner los pies en la tierra.

- ¿Y qué pasará contigo? ¿Te quedarás? ¿Te irás con él, en el caso de que falle alguna prueba?

Alec lo pensó un poco, le decía la verdad al guardia o seguía con su mentira... De pronto recordó otro detalle más importante en ese momento.

- Aún no sé tu nombre

El cambio de tema radical dejó un poco en shock al moreno que dejó salir su verdadero nombre inconscientemente al estar perdido en esos ojos tan azules.

- Magnus...sen

Trató de arreglar su error y sólo atinó a agregarle algunas letras. Después de todo, nadie más podía tener un nombre igual al de los gobernantes. Estaba prohibido.

Alec parecía un poco confundido y pensativo, duró así unos instantes hasta que habló

- Te voy a decir Maggs, si no te importa

Magnus suspiró aliviado

- No hay problema, - un carraspeo después - ¿Entonces?

Alec recordó las preguntas y decidió ser un poco más honesto pero no del todo.

- No estoy aquí por querer el puesto de Emperatriz, sabes. No me interesa ser consorte del principe de Edom, al menos no tanto cómo parece interesarle a los otros donceles...

Magnus de pronto se sintió ofendido,

- ¿Por qué? El príncipe es un gran hombre, es apuesto, caballeroso, educado y una excelente persona, sin contar todo su poder. No encontrarás alguien mejor

Alec se le quedó viendo cómo si estuviera loco.

- ¿Te gusta el príncipe? Lo defiendes con mucha pasión

Magnus maldijo en su interior, se suponía que era un simple guardia y casi retaba al doncel a un duelo por el orgullo del principe, su maldito orgullo herido.

- Se nos entrena para dedicar nuestra vida y pensamientos a la familia real. Disculpa mi intensidad, sólo creo que deberías darle una verdadera oportunidad a las pruebas y conocerlo

Alec arrugó el gesto

- Ni siquiera tiene la decencia de pasarse por las pruebas y vernos, a aquellos que estamos compitiendo en éste torneo y fuimos alejados de nuestras casas gracias a qué él necesita un consorte.

La queja ésta vez no afectó a Magnus, él estaba supervisando a los chicos en primera plana, no se sentía ofendido pues aunque Alec no lo sabía, estaba cumpliendo una de sus exigencias.

- Quizá se lo prohibieron, o está cerca y ustedes no lo notan. La familia real son personas un tanto extrañas

Alec tenía un ojo muy crítico sobre Magnus.

- Creí que te habían entrenado para defenderlos a capa y espada

Le dijo al moreno un poco extrañado de que hace un momento estuviera alterado por menospreciar al príncipe y ahora se refería a la familia imperial cómo unos raritos.

- Es... Complicado

Dijo Magnus cuándo ya no supo qué más decir para no arruinar el ambiente y decidió que lo mejor para no arruinarlo era no decir nada.

- Ya lo noté

Dijo Alec divertido por la encrucijada en la que el guardia se había metido solito.

Se quedaron por un momento en silencio, uno al lado del otro, Alec se recargó en el barandal de madera frente a ellos y apreció el estanque que brillaba con la luz de la luna al reflejarse en la superficie del agua.

Magnus lo observaba a él, su piel palida y la luz plateada de la noche lo hacían ver espectacular... Cómo un cuento de hadas, con un resplandor único en su persona, su piel brillando y sus ojos...

Dios...

Esos ojos...

- Me gustas, Alexander


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⏰ Última actualización: Apr 28 ⏰

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