Quién sabe cuántos años pasaron de aquella noche? Es difícil seguir el paso del tiempo cuando eres inmortal. Puede haber pasado otra década desde la última vez que sentí la piel de Hyunjin contra la mía. Desde que sentí su fuerza palpitando en mi interior, llenándome de placer y calor, desde que saboreé su dulce sangre deslizándose por mi garganta.
La única certeza que tengo es que cada instante sin él se ha sentido como una tortura. Aunque a veces me parece sentir sus ojos de hielo observándome mientras cazó en el puerto. Acompañándome con su mirada protectora con cada paso que doy.
Tal vez simplemente estoy loco, pero ese pensamiento me hace sonreír en la oscuridad total de mi refugio bajo el piso del depósito.
No pasa ni un día en el cual no me repita que he tomado la decisión correcta. O tal vez me repito esa mentira sin cesar para creerla. No quise convertirme en el Vástago de Hyunjin para no perder mi libertad pero, ¿acaso no estoy preso ahora? ¿Merodeando el puerto, ensoñando con los recuerdos de nuestro tiempo juntos? A
veces hasta desearía que los vampiros pudiéramos morir solo para acallar los pensamientos en mi cabeza.No he puesto ni un pie en la ciudad desde nuestra última noche juntos, me limito a cazar en las postrimerías del puerto. No podría tolerar encontrarlo en algún antro, si bien más de un centenar de veces he sentido la tentación de cruzar la intersección entre el cementerio y la parroquia de San Ignacio. Derribar las rejas doradas de esa
casona pseudo victoriana, ofrecerle mi sangre, beber de él y dejarle que me folle hasta el olvido, hasta que todo mi cuerpo arda de dolor y placer.No he tocado a nadie en todos estos años. Ni siquiera siento deseo. Ni siquiera siento hambre; me alimento por inercia, desangrado a las pobres ratas del lugar.
Estos últimos días he oído su voz retumbar más fuerte dentro de mi cabeza.
-Felix ... Felix ... -me llama con tono suplicante. Pero yo corto la comunicación con mi mente, no lo dejo pasar. Imagino una pared de ladrillos y no dejo que sus palabras lleguen a mí. Casi como un ser humano colgaría la llamada de un ex amante.
Pero su llamado es cada vez más frecuente, desesperado, hasta el punto que me duele el los huesos y tiemblo en la frialdad de mi refugio. Pienso que alimentarme podría ayudarme... o por lo menos me quitaría a Hyunjin de la cabeza. Me arrastro fuera del depósito como una criatura herida, casi en cuatro patas. Cuando el frío aire
nocturno golpea mi rostro automáticamente alzo la vista y noto que hay luna llena esta noche. Mejor; más fácil la cacería. Y no estoy en el mejor de mis estados como para cazaren la oscuridad. El muelle está iluminado, y el mar luce casi negro, con las suaves olas reflejando destellos plateados. Por un segundo me deleito en el único tipo de belleza que he contemplado en años.De pronto, siento una presencia cerca. Tal vez un indigente, o trabajador del puerto rezagado. Buenas víctimas si yo no me sintiera tan débil. Lo más inteligente en este caso es ocultarme entre las sombras y buscar alguna rata entre los fuelles.
Pero esa presencia no es humana.
Agudizo mis sentidos; tampoco es una rata o un gato. ¿Un perro callejero? Tal vez. Oigo cuatro patas agazaparse entre los cargamentos. Pero no huele como un perro, huele como la sangre. Sangre y pelaje.
Escucho sus jadeos acrecentarse y mis piernas se paralizan de miedo. No he sentido miedo en décadas; es una sensación tan humana... Pero ahora el terror está enviando un escalofrío a lo largo de mi espina dorsal. Veo dos ojos amarillentos acercarse a mí y antes de poder reaccionar, el lobo se abalanza sobre mí.
Cuando tengo sus feroces dientes a milímetros de mi rostro utilizo mi fuerza vampírica para luchar contra él. El animal rabioso no me da descanso. Tira a morder, me araña con sus filosas zarpas, me empuja, arremete con su pelaje gris contra mi cuerpo débil.
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Mi Amo Y Señor Vampiro ||Hyunlix||
FanfictionFelix tiene el cuerpo de un muchacho de veinticinco años de edad, pero en realidad es un ser inmortal; un vampiro convertido en contra de su voluntad que merodea el muelle, alimentándose de ratas. Una noche, el solitario Felix decide aventurarse en...