—Ya olvídalo, Luz, por favor —alegó ella suplicantemente.
Dio un gran suspiro antes de responderle a su asombrosa novia.
—Está, bien. Está bien —dijo al tratar de relajarse—... pero es que si yo...
—¡Luz! Basta —reclamó Amity al ya sentirse un poco harta de la dirección a la que estaba yendo la conversación—. Escucha —dijo deteniéndose y tomando de ambas manos a Luz—, creo saber cómo te sentiste, pero el que hayas tratado de intervenir no hubiera cambiado nada.
Luz la miró directo a los ojos, su bello brillo la convenció de dejar de hablar sobre la pequeña disputa con Willow de hace unos minutos. Ella se encontró impotente al no haber intervenido, o al creer no haber hecho lo suficiente para que Amity no resultase tan lastimada, mientras Amity le corregía que poco o nada hubiera cambiado si intervenía más de lo que lo hizo.
Al final, la bruja le ganó y Luz aceptó no volver a tocar el tema.
—Esa es mi asombrosa novia —dijo Amity llena de felicidad, llamándola así por primera vez, y provocando un sonrojo a Luz que fue notorio hasta por aquella que las espiaba.
—Te amo —dijo con una sonrisa iluminando su rostro, procediendo a besarla y colocar el rostro de su amada entre sus manos.
Ahora el rubor era compartido.
«Ay, ¿así nos vemos?», pensó aquella quien las espiaba.
Ambas, sabiendo que eran espiadas, decidieron continuar su camino, al igual que esta última, quien estaba segura de no haber sido detectada por ninguna de las dos.
Tanto Luz como Amity lo sabían, pero decidieron no darle importancia, y procedieron con su camino, mientras el día comenzaba a hacer acto de ausencia.
—No recordaba que lo hermoso de los atardeceres —mencionó Amity, cautivada por el ambiente de paz y serenidad que inundaba su alrededor.
Ya el movimiento en las islas era bastante menor a moderado. Brujas y demonios aún podían verse en las calles, muchos de ellos ignorando a las brujas y a la humana, algunos saludando a Luz con mucha alegría, y algunos más... sospechando.
—Es... verdad —Luz no bromeaba—. No recuerdo la última vez que pude disfrutar de un atardecer o un amanecer, aquí o en mi mundo. Es maravilloso poder disfrutarlo, sobre todo...
Un escándalo la interrumpió. No pensaron que fuera importante, o al menos no para ellas, por lo que no le dieron importancia, hasta que un proyectil de desconocida procedencia intentó dar alcance a Luz.
Esto no pasó desapercibido por Amity, quien, de inmediato se dio cuenta cual fue la razón del alboroto causado cerca de ellas.
No tardó nada para desviar, creando una especie de túnel con baba de abominable, ese proyectil directo hacía... ¿ella misma?
«Lo lamento, Luz. Pero si alguien merece ser lastimada, debo ser...», no pudo ni terminar de pensar cuando sintió como si una baba de abominable la golpease en el rostro, dejando su cara completamente roja, y no por Luz, precisamente.
Abrió los ojos apenas recibió el impacto, solo para ver como un característico color rojo se quedaba impregnado en sus manos al haberse limpiado los ojos para observar lo que ocurría.
Luz, al ver lo que ocurrió, se quedó sorprendida, un poco molesta por lo ocurrido, e inmediatamente dio caza visual a los causantes de problemas, dando con ellos inmediatamente.
—¡Oigan ustedes! —Corrió directo a donde los alborotadores, quienes eran los originarios de ese proyectil.
Se trataba de unos adolescentes, hijos de unos comerciantes de frutas y verduras exportadas del reino humano, quienes eran parte de la oposición radical a que Amity fuera despetrificada, por lo cual no era extraño esperar que los hijos fueran educados de la misma manera.
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Sé lo que hiciste, y aún así, te amo.
RomanceHace meses, Amity fue la peor de las enemigas, Incluso peor que Belos. Aquella Amity de la que se había enamorado se había marchado, pero no para siempre. Pudo ver su error y corregirlo antes de que fuera un daño permanente, pero ahora, el pueblo n...