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Neverland - 17 Years

-Arthur, sal de aquí, tú no puedes ver a la novia! -gritaba Laura a todo lo que daban sus pulmones

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-Arthur, sal de aquí, tú no puedes ver a la novia! -gritaba Laura a todo lo que daban sus pulmones.

Estaba estrangulando a Arthur con la puerta para que saliera de mi habitación.

Era algo exagerada, aún llevaba puesto el pijama y ni siquiera me había lavado el rostro todavía, así que no tenía nada de especial como para que Laura se volviera loca.

-Sólo quiero darle un beso de buenos días, Laura -protestó él y asomó la cabeza por el umbral.

Mis amigas se reían de la pelea entre la hermana de Lan y Arthur, pero yo me apiadé de él y fui hasta la puerta para que dejara tranquila a la podre Laura que hoy estaba con los nervios de punta.

-¿Con un beso nos dejas tranquilas? -le pregunté.

Él sonrió de medio lado y asintió, así que hice a un lado a Laura y besé a Arthur en la mejilla.

-Espera, eso no vale- comenzó a reclamar.

-Nunca especificaste donde tenía que ser el beso, ahora vete o Laura te matara.

Le cerré la puerta en la cara y suspiré agotada, controlar la risa en un día como este sería difícil.

Laura se puso a trabajar de inmediato, ordenó las cosas que utilizaría y mandó a mis amigas a llamar a la "estilista" que me prepararía.

Era algo incómodo ser analizada desde todos los ángulos por Laura como para que viniera otra persona a hacer lo mismo.

En diez minutos, Olivia volvió con una mujer alta y delgada vestida en un traje con estampado de leopardo, me asustó que ella fuera mi estilista.

Me asustó muchísimo.

Pero resultó que para vestir a otras personas no era tan mala.

No cambió nada del vestido que elegimos y dijo que lo mejor sería maquillarme con una capa suave para no parecer payaso. Estuve de acuerdo con ella y le caí bien.

Me dijo que lo primero que teníamos que hacer era relajarme, que sabía que era un día muy especial para mí, pero que también sería estresante.

Le dije que no estaba nerviosa, aunque solo lo dije para mentirme y mantener la cabeza sujeta al cuello durante el día.

Mas la estilista era astuta y me obligó a tomar un baño de esencias florales.

Mientras me bañaba, me puse a pensar en la luna de miel. Sería un tema para cuando Arthur y yo dijéramos el "sí".

Nos iríamos de viaje para las vacaciones de verano, quedaban tres semanas para salir de la escuela así que la espera tampoco sería muy extensa.

De todas formas, sabía que tanto Arthur como yo estábamos muy nerviosos con respecto a ese viaje y lo que sucedería allí, sería la máxima prueba de si es que este matrimonio funcionaría o no.

MARRY ME / Arthur leclercDonde viven las historias. Descúbrelo ahora