CHAPTER TWELVE

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Millie

-Louis, si tu aprendiste a tocar piano ¿Por qué nunca me enseñaste? – pregunté curiosa

Visualicé nuestra casa a los lejos, Ashton había insistido en que Nick, Chris y yo fuéramos acompañados al cazar, en esta ocasión solo habíamos ido Louis y yo, Ashton iría más tarde con Chris y Nick, a decir verdad, era un poco exagerado de su parte

No teníamos su entera confianza, pero podía leer que en parte lo hacía para pasar más tiempo con nosotros y me agradaba pasar tiempo con él

-Por Dios, Millie, aprenderlo fue tan aburrido, ahora imagínate enseñarlo, simplemente no podría – dijo soltando un bufido como si estuviera demasiado exhausto de solo pensarlo

- ¡Hey! Aprenderlo no es aburrido – solté un golpecito en su hombro

- ¿Lo dices por Bill? – Asentí – bueno parece que le gusta demasiado tocarlo ¿Cómo es que te tiene tanta paciencia, Mini me? Si ese fuera yo no quiero imaginar como terminaría yo, demasiado cansado para mi gusto

-Ahora veo porque no fuiste tu quien me enseño – le mostré mi lengua de manera infantil para abrir la puerta de nuestro hogar

- Maldición, ahora tendré que estar más al pendiente de él, esperemos y no sufra – dijo exagerando la situación divertidamente

Rodé los ojos y subí hacia mi habitación, por la tarde me encontraría con Bill para seguir con mi repaso diario, aprender no era para nada aburrido como Louis decía, de hecho, hasta me divertía

Bill era una persona agradable y sencilla con la cual estar, siempre tenía algo interesante que decir y eso me agradaba, hacia que mis prácticas fueran tan interesantes y divertidas a la vez

Después de la primera lección y haber comido la pasta que yo había preparado, tuvimos una larga conversación sobre nuestro pasado y llegamos a la conclusión de que la sangre humana era deliciosa, pero nada beneficiosa, ahora podía ser como un libro abierto frente a él y sentirme completamente cómoda

Salí de la cocina con mi taza de té y una extra de café para Bill, en unos minutos estaría practicando y quería estar lo menos nerviosa posible, mis dedos seguían tocando un poco rígidos, pero eran mejor que la primera vez

-Tu café diario – pasé la taza hacia Bill – o tu séptima taza diaria – mencioné burlona

-Aprecio que te tomes el tiempo de preparar café para mí, Millie, pero de nuevo, no tienes por qué molestarte, sé cuánto odias si quiera olerlo – habló para tomar la taza entre sus manos

- Vamos, Bill, no es nada, lo que sea por mi artista favorito, además solo retengo la respiración – solté una risita

-Bien, me convenciste con artista favorito – sonrió y tomó un sorbo de su taza

- Y bien, ¿Qué aprenderé hoy? – Pregunté dócilmente

-En realidad hoy instruiremos a tus oídos

- Perfecto, ¿Tocarás algo para mí? – lo miré sonriente

-Hoy no, Millie – sonrió – lo escucharemos de los vinilos, sígueme

Subimos las escaleras y atravesamos el pasillo de las habitaciones hasta llegar al final de este, abrió la puerta de la habitación que se encontraba justo enfrente de la biblioteca, nunca había entrado a esta habitación, tal vez era que pasaba más tiempo en la de enfrente consumiéndome en los libros

¿Acaso todas las habitaciones de esta casa eran así de majestuosas? La habitación estaba repleta de discos de vinilo y cassettes, parecía haber todo tipo de música, todo tipo de género podría encontrarlo aquí, ¿cómo es que nunca entré a esta habitación antes?

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