CHAPTER TWENTY ONE

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Kelly

Caminé rápidamente a mi habitación con los aromatizantes y los libros que Bill había comprado para mí en mis manos

Acomodé los libros encima de la cama, la mitad de ellos eran libros que había comprado especialmente para Matt y un libro de colorear para Nick, los demás eran para mi

La manera en que Bill ni siquiera se dio cuenta de cuántos y cuales libros llevaba por el simple hecho de estar hablando de aquella misteriosa chica en su vida

Abrí rápidamente el aromatizante, siempre había disfrutado aquel grato aroma que se aspiraba en la casa y ahora aquí estaba yo esparciéndolo por mi habitación

Unos golpecitos sonaron en la puerta y esta se abrió al decir un "adelante"

Hice una pequeña pausa para mirar de quien se trataba

Matt se adentró a mi habitación con una sonrisa, pero esta se volvió una pequeña mueca

-Hey Kel, ¿Qué es lo que haces? – se acercó hacia mi viendo directamente hacia el aromatizador

- ¡Matt!, solamente aromatizando la habitación, Bill me dijo que Millie y Nick lo hacían, y lo encuentro bastante deleitable – volví a aromatizar la habitación

-Oh, eso es tan... genial – me sonrió – estoy totalmente de acuerdo contigo, es un olor muy grato

- ¿Verdad que lo es? – asintió hacia mi - ¿Quieres que también aromatice tu habitación?

Por un momento noté como su rostro se quedó helado y tragó duramente antes de regalarme una sonrisa

- ¡Por supuesto!, ¿Por qué no?

-Termino de hacerlo en mi habitación y sigo en la tuya – le di una mirada rápida – por cierto, me alegra que vinieras Matt, traje algunos libros para ti, algunos que pensé que te gustarían, están en la cama

Apunté a la cama y Matt rápidamente los tomo y se dio el tiempo de observarlo

- ¿Un libro para colorear?

-Oh ese es para Nick

Asintió en silencio

- ¡Por Dios Kelly, ¿Cómo supiste que quería este?!

-Me lo dijiste la otra noche cuando estábamos hablando de los libros que deseábamos

-Y Dios, también estos dos lucen increíbles, te lo agradezco Kel, no tenías que hacerlo – se posicionó frente a mi

Tragué nerviosamente, estábamos a una distancia muy cercana

-Quería darte algo especial – me encogí de hombros mientras sonreía

-Estar contigo ya lo hace especial Kel – habló profundamente

Entreabrí los labios al examinar su rostro y como relamía sus labios, y al darme cuenta relamí los míos y retrocedí, ciertamente estaba luciendo como una retrasada

Dios mío que vergüenza

Quise responder algo, pero me sentía incapaz de hacerlo, ni tenía idea de que responderle

Nuevamente relamió sus labios y esta vez no fui indiscreta al mirar sus labios

-No hagas eso – dije en un hilo de voz

- ¿Relamer mis labios? – enarcó una ceja

Sentí mi corazón latir tan acelerado

¿Podría escuchar el sonido de mis latidos?

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