El delicioso olor a manzana de la pelinegra se encontraba ligeramente amargo, de sus ojitos color canela brotaban gruesas y lastimeras lágrimas que recorrían sus mejillas sonrojadas por su llanto y terminaban muriendo en el cuello de su holgado suéter de lana color celeste.
Sus manos intentaban limpiar las lágrimas que salían, pero el esfuerzo era inútil.
Danielle, por su parte, se encontraba desesperada. No esperaba que su negativa se convirtiera en esto.
—¿Por qué lloras, bebé? —preguntó desesperada. Su loba interior se encontraba reclamándole, y eso, junto al agrio olor a manzana que las rodeaba, la hacían sentir extremadamente mal consigo misma.
—Yo quiero comer helado —declaró la omega entre lágrimas y sollozos, sus feromonas se agriaron más, haciendo desesperar el doble a la alfa, si es que eso era posible.
—Pero lobita, aún no hemos cenado, después de cenar te doy helado del sabor que te gusta —se acercó a la pelinegra y la abrazó mientras acariciaba su cabecita.
El cabello de Haerin era suave y agradable al tacto, además de tener su característico y delicioso olor a manzanas.
De manera inconsciente, la menor aspiró el olor de su alfa y su pesar se alivió ligeramente al respirar las feromonas de miel y canela de su pareja.
Seguía llorando, sin embargo, su olor casi había vuelto a su dulzura habitual, aliviando a la australiana.
—Pero, quiero comer helado... —Haerin puso ojos lastimeros hacia su pareja, estos parecían contener agua gracias a sus anteriores lágrimas y, además de dar lástima, eran muy hermosos.
Danielle respiró hondo, y calmando los latidos de su corazón, negó con la cabeza.
—No, bebé —Haerin hizo un adorable puchero que en segundos se convirtió en una carita llena de enojo, y con el ceño fruncido se fue hacia la habitación dando grandes pasos.
La castaña emitió un profundo suspiro mientras caminaba hacia la cocina para preparar la cena.
Danielle estaba algo preocupada por su omega, desde hace un par de semanas su bebé se estaba comportando de manera extraña, incluyendo cambios de humor muy bruscos y una actitud irritable y cansada, aparte de sensible.
No es que le molestara, ya que su bebé siempre sería perfecta sin importar su actitud, pero eso no eliminaba su preocupación, tal vez Haerin estaba descontenta por alguna razón.
Con otro suspiro aún más largo, Danielle comenzó a cocinar sin pensar más en ello.
Mientras Danielle se preocupaba por su omega, Haerin tenía otra preocupación aún más grande que comer helado.
Se encontraba profundamente preocupada mientras mordía sus uñas antes pulcramente cortadas.
Hae no tenía ningún descontento, tampoco era alguien de tener repentinos cambios de humor, ni de enojarse o sentirse cansada por hacer casi nada.
La omega llevaba dos semanas con esta condición y en lo recóndito de su mente sabía lo que significaba, pero no quería aceptarlo.
No quería aceptar que posiblemente estaba embarazada.
Casi se siente desmayar al pensar en tal posibilidad.
Su loba desde hace un par de semanas que no le dice nada, solo se mantiene moviendo la colita mientras aúlla de vez en cuando.
Haerin suspiró mientras secaba de sus mejillas el rastro de sus lágrimas. No quería llorar por todo, pero simplemente sucedía, y es que, ¿ponerse a llorar por helado? Para ella eso era muy tonto.
Comenzó a hacer unos ejercicios de respiración que había visto una vez en la televisión, y pronto logró calmarse.
Tenía sus dudas, sin embargo tampoco tenía ganas de aclararlas, tal vez todo eso le estaba pasando por el estrés de los próximos exámenes, ¿no?
Porque no podía estar esperando un bebé.
Eso era imposible.
¡Gracias por leer!
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LITTLE PROBLEM, daerin
RomanceLP | Donde Haerin es una linda omega que tiene como novia a Danielle, una alfa que adora a su pareja. Ambas son felices juntas, eso hasta que Hae se entera que está esperando un bebé. Ahora vive con los nervios de que su alfa se entere. Ese bebé se...