LP | Donde Haerin es una linda omega que tiene como novia a Danielle, una alfa que adora a su pareja. Ambas son felices juntas, eso hasta que Hae se entera que está esperando un bebé. Ahora vive con los nervios de que su alfa se entere.
Ese bebé se...
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Los pasos de la omega eran inestables, desde que comenzó el séptimo mes de embarazo ha sido extremadamente torpe, a cada momento su alfa la ayudaba a evitar que cayera al suelo.
Sí, ahora su alfa sabía del embarazo.
Después de que Danielle le preguntara directamente sobre sus sospechas, y a pesar de que Haerin negó los hechos, la castaña siguió insistiendo hasta que la menor decidió confesar.
Y Danielle se desmayó.
Haerin se puso muy nerviosa a ver cómo el cuerpo de su alfa caía al suelo, pero en poco tiempo despertó y estaba extremadamente emocionada, comenzando a hacerle miles de preguntas, cosas sobre el eco, el sexo del bebé y cosas que no sabía.
Danielle no le recriminó nada.
Lo único por lo que estaba molesta era por no ir al médico con regularidad. Haerin rió al escucharla quejarse de no haberle dicho antes.
Por esa razón, habían decidido ir esta tarde al doctor para hacerle el primer eco al cachorro, después de siete meses en la oscuridad.
Ambas se encontraba en el auto yendo al hospital, Haerin ya había acordado con la doctora Chaewon para que fuera la que controlara el parto y todo el resto del embarazo.
Danielle miró a su lobita con los ojos llenos de amor.
La alfa estaba genuinamente feliz, no tenía nada que recriminarle a su bebé, aun si lo tuviera, fue su culpa por no cuidarse durante el acto.
La australiana está feliz porque finalmente podrá formar una familia con el amor de su vida.
¿Estaba asustada? Sí, pero sabía que junto a su lobita superarían todos los obstáculos que les pusiera la vida en el camino.
De alguna forma, saldrían adelante.
—Te amo, bebé —dijo Danielle con voz suave, Haerin se encontraba en el puesto del copiloto acariciando su pancita mientras miraba la carretera frente a ellas.
Hae miró a su alfa con cariño, le brindó una sonrisa radiante y contestó con el mismo amor.
—También te amo, mi alfa.
Aunque ambas tenían miedo por lo que vendría, sabían que lo superarían juntas.
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