Haerin estaba cansada a más no poder, sus pies se encontraban hinchados ligeramente y la acidez estomacal que sentía no ayudaba a que estuviera más cómoda.
Ya tenía ocho meses de embarazo, se supone que debía ser un tranquilo domingo por la mañana junto a su alfa, quien efectivamente estaba a su lado, pero los síntomas del embarazo la tenían mal.
—Danielle, súbele al aire acondicionado, por favor —se masajeó las sienes y la alfa asintió.
Finalmente, Haerin dio un suspiro de alivio cuando el frío comenzó a relajar su cuerpo.
Danielle la miró con preocupación.
—¿Estás bien, lobita? —la menor estaba a punto de asentir, hasta que tuvo una idea.
—No —su boca formó un tierno puchero.
Danielle se preocupó mucho y la revisó con atención, buscando algo mal en ella, mas al no encontrar nada alarmante, volvió a hablar.
—¿Qué tiene mi bebé?
Haerin aprovechó la situación e hizo una cara lastimera para mirar a su pareja.
—Me duelen mucho los pies —señaló sus pies hinchados, los mismos se encontraban apoyados en la mesa de vidrio en frente del sofá donde estaban sentadas.
Danielle entendió lo que quería, sonrió y comenzó a masajear los piecitos de su bebé. Los masajes eran suaves, pero aliviaban la hinchazón de la omega.
—¿Estás más cómoda? —preguntó, la coreana se encontraba gimiendo por la comodidad, su cabeza se apoyó en el sofá mientras acariciaba su pancita y su alfa masajeaba sus pies.
—Sí, estoy más cómoda.
Estaba muy cómoda, sin embargo, esto no duró mucho, muy pronto sintió extrañas contracciones en el vientre, gimió de dolor y sus ojitos se cerraron con fuerza.
—¿Bebé? ¿Te duele algo? —la alfa se preocupó mucho, se sentó al lado de su lobita y ayudó con las caricias en la pancita.
—T-tengo contracciones. Uhm —murmuró con una mueca de dolor, Danielle se asustó y no sabía qué hacer, entonces recordó los consejos de la doctora Chaewon.
—La doctora dijo que si te dolía mucho te dieras un baño de agua caliente —Danielle la ayudó a levantarse del sofá, y al hacerlo la pelinegra pareció aliviarse un poco del dolor, aunque aun así parecía seguir sintiendo dolor.
Ambas caminaron hacia el baño y la castaña ayudó a su pareja a desvestirse y darse una ducha caliente. Con unos ejercicios de respiración pudo calmarse un poco.
—Estoy mejor —dijo la omega respirando con dificultad.
Danielle suspiró aliviada y siguió masajeando su su barriga de ocho meses que ya estaba bastante grande y las estrías ya se habían extendido un poco.
Al ver la calma de Haerin, la alfa se suspiró y se levantó del lado de la omega para buscar una toalla para secarse.
Danielle no pudo respirar con tranquilidad cuando sintió las pataditas que daba su cachorra.
—¡Oh, Dios! Amor, me ha pateado —sonrió con alegría.
—Ay, bebé, quiero sentir cómo patea nuestro cachorrita —la alfa se volvió a sentar junto a su lobita con una gran sonrisa en el rostro.
Las manos de la alfa se posaron en su pancita abultada, ambas sonrieron al sentir las pataditas que daba su primogénita.
—Te amo tanto —dijo Danielle en el oído.
—Yo también, mi alfa.
Se miraron con amor, compartieron un tierno beso mientras sentían el amor que se tenían.
La pareja seguía atareada mientras metían cosas en la bolsa de parto, pañales, ropa, papel higiénico y otras cosas fundamentales para el nacimiento de la bebé.
—Me gusta esta ropa, llevémosla también al hospital —Haerin se emocionó al ver la ropa que habían comprado para su bebé.
—Las que desees, amor —Dani besó la mejilla de su omega, quien sonrió ampliamente mientras metía las prendas en su lugar.
—¿Cómo va el cuarto de la pequeña? —cuestionó Haerin mientras acomodaba otras cosas.
Danielle se emocionó al oír la pregunta.
—Todo va muy bien, solo falta montar el armario.
Haerin hizo un puchero triste.
—¿Por qué no me dejas entrar a la habitación? —Danielle negó con la cabeza mientras ayudaba a su lobita.
—El olor a pintura sigue siendo fuerte al igual que el olor a madera, puede hacerte daño, bebé —Haerin puso una mueca triste, pero no dijo nada más.
—Está bien —murmuró, Marsh se sintió mal, pero sería inflexible, el olor podría hacerle daño a sus dos bebés y eso no lo permitiría.
La mayor comenzó a repartir besitos en la cara de su omega, Haerin pronto dejó atrás su tristeza y sonrió nuevamente mientras seguía arreglando las cosas de su niña.
En sus mentes seguían imaginando la apariencia de su pequeña mientras sonreían.
¡Gracias por leer!
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LITTLE PROBLEM, daerin
RomanceLP | Donde Haerin es una linda omega que tiene como novia a Danielle, una alfa que adora a su pareja. Ambas son felices juntas, eso hasta que Hae se entera que está esperando un bebé. Ahora vive con los nervios de que su alfa se entere. Ese bebé se...