— no es por bajarte la vara, pero la Miko es bien mujeriega — Isabella habló mientras caminábamos para irnos de la universidad.
— shhh, no m importa, tengo novio — Mentí, claramente me importaba. Pero, la verdad no me importaba mucho el hecho de que sea mujeriega, yo sé lo que puedo cambiar en personas.
— te puedo dar la tienda en dónde hace tattoo's —
Ambas de mis amigas sabien lo mucho que me quería hacer un tatuaje, ¿Y que mejor oportunidad que esta?
— de una —
— Silent Ink, trabaja ahí de lunes a lunes, desde las 9:00am hasta las 14:00pm, y después vuelve a entrar a las 17:00pm hasta las 22:00pm. Igual todo depende de los turnos que tenga, pq si no tiene turnos no va al shop. Debes pedir el turno con "Samurai Miko". —
— bueno, jiji —
Dios mío, ¿Que tatuaje me puedo hacer? Tiene que ser algo que lleve tiempo, no para complicarle la vida, si no para verla más tiempo.
Quizás quien sabe, puedo engancharla en algo.
(. . .)
Apenas llegué de la uni, escribí al Instagram del shop, donde saque turno automáticamente para hoy. Con la mismísima Samurai Miko.
Me iba a hacer dos tatuajes, exactamente estos.
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Cuando llegue al shop, me hicieron pasar rápido por el turno. Y cuando ví a la pelirosa con una coleta, diosmio.
— Holaaa, q coincidencia, no? No sabia que tatuabas — Hablé haciéndome la pelotuda.
— sisi, hola, hola. No m vengas a decir cosas que Isabella ya abrió la bocota y me dijo que ella te pasó el shop —
— ay yo la mato a esa negra —
— espera, y vos cómo sabes de que soy amiga de Isa? —
— quizás pq te estoy diciendo que me hablo de ti? —
— tiene sentido —
— en fin, ¿Que te ibas a hacer? —
— este y este — Le mostré las fotos, y empezamos por el de la clavícula.
Mientras me tatuaba, empezó a hablarme.
— es tu primer tattoo, verdad? —
Preguntó cómo si se estuviera riendo, lo digo así pq no la veía, tenía los ojos cerrados del dolor.
Asentí con la cabeza.
— no sabe' como te va a doler el otro —
— ay no, mejor me mato —
— si te mueres aquí yo no me hago cargo —
Me rei, tenía un humor tan... Tan perfecto, un humor igual al mío, encajaba a la perfección.
Terminó con el primer tatuaje, y empezó con el segundo. Hablábamos y hablábamos, más que nada para distraerme del dolor. Una que otra lágrima cayó por mis mejillas, el dolor era insoportable.
— ay baby, esq tu también, es tu primer tattoo y te lo viene' a hacel' en eta' zona —
QUE? QUE? QUE? ME DIJO BABY?! Inhalo por nariz, exhaló por boca. Mentira, mi respiración se fue al cielo, y yo también. Me palpita, y no exactamente el corazón. Basta, no puedo tener estás reacciones teniendo novio.
— es que no me imaginé que iba a doler tanto —
Rodó los ojos, y volvió a poner la máquina de tatuar trazando la linea.
Me mataba que me hablase sin mirarme, mejor así. Si me llegaba a mirar, con esos ojazos que tenía, me meaba encima.
Fueron horas y horas, hablando mientras me tatuaba, me encantaron los tatuajes (y ella también)
