ⵈ━════╗Capítulo 4╔════━ⵈ

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Fue como un soplo de aire fresco salir de los muros del castillo. El aire lleno de felicidad creado por aquel pueblo tan festivo. Todo era tan hermoso que la azabache miraba por doquier como una niña emocionada. Su enorme sonrisa contagiando la de el híbrido, quién sonrió con ella. Varios puestos de comida, ropa y joyas llenando el camino.

-¿No es precioso? Aquí podrá encontrar todo lo que desee, Princesa -informó ante la emoción de la chica, admirando su belleza mientras ella estaba distraída con su alrededor.

¿Quizás estaba siendo ambioso al desear a alguien que no podía tener e ignorar a la que sí? Inuyasha comenzó a dudar, analizando a su prometida como si fuera la especie más rara que vió alguna vez; una humana. Su parte mortal se acoplaba a su futura esposa, sin embargo, su parte bestia se amoldaba al yokai inferior de su amante. También egoísta. Se sintió culpable.

-Una vez, en mi viaje hacia su reino, vi un broche de colibrí muy precioso, pero no pude comprarlo debido a que no me dejaron bajar del carruaje. ¿Es posible que consiga uno igual aquí? - Lo miró con esperanza e ilusión, lo que conmovió el corazón del hombre.

-Bueno, si no hay aquí, le aseguro que le conseguiré uno de todas formas, Princesa. - Ni siquiera él mismo sabía si se trataba de una promesa vacía o no.

La Princesa le agradeció con una sonrisa, asintiendo antes de comenzar a caminar entre los puestos, observando cada cosa en venta. Se podía encontrar desde baratijas hasta las cosas más lujosas.

-¿Algo que le guste? -preguntó interesado, cualquier cosa que ella quisiera, se lo daría, como un buen futuro esposo.

La humana lo pensó por un momento, todo le encantaba, sin embargo, no podía ser así de impulsiva, así que una idea divertida se le ocurrió.

Mirando al hombre con una sonrisa, preguntó; -¿Usted está a la venta?

El híbrido lo captó de inmediato, siguiendo el juego al encontrarlo inocente.

-Por un precio muy caro -aseguró con firmeza. Con tanta arrogancia, que las palabras de ella fluyeron solas.

-Puedo pagarlo. Sin embargo, ¿se encuentra entre los objetos nuevos o los usados? - Señaló un puesto y luego del otro, ambos opuestos.

-¿Pierdo valor si me encuentro entre los usados pero estoy en perfectas condiciones? -cuestionó, genuinamente curioso, ya que su lista como para considerarse nuevo era demasiado larga.

-Por completo -sinceró, tomando desprevenido al híbrido -. Los antiguos pertenecieron a alguien alguna vez, queda la esencia de su propietario impregnados en ellos. ¿A cuál pertenece usted? Eso podrá dictaminar su valor de compra -volvió a insistir, sin sorprenderse de que no pudiera darle una respuesta tan simple.

El Príncipe se sintió atacado, la situación había dejado de ser divertida.

-Ya no estoy a la venta -quiso terminar el juego, fingiendo una sonrisa despreocupada.

La mujer se la devolvió, levantando una ceja de manera burlona al mirar hacia adelante, volviendo su atención a los objetos de los puestos.

-No se preocupe, perdió el valor de precio al momento de dudar. Así que no iba a comprarlo. - Al oír eso, fue como una estaca al corazón, el híbrido se sintió humillado por palabras tan simples que lo tomaron con la guardia baja.

¿Qué ocurre con ella? Estaba tan a la defensiva que fue extraño, siendo que usualmente era dulce y dócil.

-¿Q-quiere que le traiga té? - ¿Tartamudeó? Rayos, su orgullo estaba roto.

Enfermo de Amor |SesshomeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora