Pizza con piña

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En otra parte de Barcelona, Violeta se encontraba con su hija Miriam y su amiga Denna, disfrutando de una cena de pizza con piña, el favorito de Miriam y Denna. Violeta, por otro lado, se conformaba con una hamburguesa, ya que detestaba la pizza con piña. ¿Quién demonios comía pizza con piña?

Violeta: (frunciendo el ceño) ¿En serio tienen que pedir pizza con piña?

Miriam: ¡Sí, mamá! Es la mejor pizza del mundo.

Denna: (riendo) Vamos, Violeta, no seas tan dura. La piña le da un toque dulce delicioso.

Violeta: (suspirando) Está bien, ustedes ganan. Pero yo me quedo con mi hamburguesa.

Miriam estaba emocionada y no dejaba de hablar, después de todo, mañana sería su primer día de clases.

Miriam: ¡No puedo esperar para ir a la escuela mañana! Va a ser genial conocer a nuevos amigos y aprender cosas nuevas.

Violeta sonreía con ternura mientras escuchaba a su hija, sintiendo un nudo en la garganta ante la idea de que su pequeña estaba creciendo tan rápido.

Después de la cena, Violeta ayudó a Miriam con los preparativos para el día siguiente, asegurándose de que tuviera todo lo que necesitaba para su primer día en la escuela. A pesar de sus propios nervios y preocupaciones, se esforzaba por transmitir confianza y seguridad a su hija.

Violeta: (mientras ayuda a Miriam a prepararse) Estoy segura de que te irá muy bien mañana, cariño. Solo sé tú misma y todo saldrá bien.

Mientras Miriam se preparaba para ir a la cama, Violeta y Denna se sentaron en el sofá, compartiendo un momento de tranquilidad juntas.

Denna: (poniendo una mano en el hombro de Violeta) Vas a hacer un gran trabajo como madre, Violeta. Miriam es afortunada de tenerte.

Violeta: (sonriendo) Gracias, Denna. Significa mucho para mí tener tu apoyo.

Con el corazón lleno de gratitud por tener a Miriam y a Denna en su vida, Violeta se retiró a su habitación esa noche, lista para enfrentar los desafíos que el mañana traería.

Violeta acompañó a Miriam hasta su habitación, le dio un beso en la frente. Miriam se acomodó entre las sábanas, sus ojos llenos de emoción y anticipación para el día siguiente.

Miriam: (bostezando) Buenas noches, mamá. Gracias por todo.

Violeta: (acariciando suavemente el cabello de Miriam) Buenas noches, cariño. Sueña con los angelitos.

Después de asegurarse de que Miriam estuviera cómoda y dormida, Violeta regresó al salón donde Denna la esperaba.

Denna: ¿Cómo está Miriam?

Violeta: (sonriendo) Está emocionada por su primer día de clases. No puedo creer lo rápido que está creciendo.

Denna asintió con una sonrisa comprensiva antes de levantarse del sofá.

Denna: Bueno, creo que es hora de dormir. Nos vemos mañana, ¿de acuerdo?

Violeta asintió y se despidió de Denna con un abrazo antes de cerrar la puerta detrás de ella. Con la casa en silencio, Violeta se preparó para su propio día que comenzaría temprano.

Violeta se levantó temprano por la mañana, decidida a preparar el desayuno para Miriam antes de ir a la escuela. Mientras vertía los cereales en un tazón, sintió una mezcla de emoción y nerviosismo por el día que les esperaba.

Violeta: (llamando desde la cocina) ¡Miriam, es hora de despertar! El desayuno está casi listo.

Al entrar en la habitación de Miriam, Violeta se sorprendió al ver a su hija ya lista para el día, con una sonrisa radiante en su rostro.

Violeta: (asombrada) ¿Miriam? ¿Ya estás lista para la escuela?

Miriam: (entusiasmada) ¡Sí, mamá! Denna me ayudó a prepararme. Estoy tan emocionada por mi primer día de clases.

Violeta sintió un nudo en la garganta al ver la expresión de alegría en el rostro de su hija. Agradecida por el apoyo de Denna, le dio las gracias en silencio por estar ahí para Miriam en ese momento especial.

Violeta: (con una sonrisa) Bueno, entonces, ¡vamos a desayunar antes de que te hagas tarde!

Juntas, madre e hija disfrutaron de un desayuno rápido antes de salir de casa hacia la escuela. Con el corazón lleno de amor y gratitud, Violeta se despidió de Miriam en la puerta, sabiendo que su pequeña estaba en buenas manos con Denna.

Violeta y Miriam caminaron hacia el coche de Violeta, listas para dirigirse a la escuela. En el interior del coche, sonaba la canción "Blue Lights", una de las favoritas de Violeta. Miriam tarareaba alegremente junto a su madre, disfrutando del momento mientras se dirigían hacia su destino.

Miriam: (entusiasmada) ¡Me encanta esta canción, mamá!

Violeta: (sonriendo) A mí también, cariño. Siempre me recuerda buenos momentos.

La atmósfera era ligera y alegre, madre e hija compartiendo un momento especial juntas. Sin embargo, la pregunta inesperada de Miriam rompió el aire como un rayo.

Miriam: (repentinamente) Mamá, ¿algún día mi papá me llevará a la escuela?

La sonrisa de Violeta se desvaneció lentamente mientras escuchaba la pregunta de Miriam. Se sintió momentáneamente abrumada por la tristeza y la incertidumbre que acompañaban ese tema delicado.

Violeta: (con ternura) Bueno, cariño, tu papá... No está aquí en este momento, pero eso no significa que no te quiera. Te quiere mucho, de una manera diferente.

Miriam asintió con comprensión, aunque su expresión reflejaba una mezcla de curiosidad y anhelo.

Miriam: (con un suspiro) Está bien, mamá. Entiendo.

El resto del viaje transcurrió en silencio, ambos sumidos en sus propios pensamientos mientras la música seguía sonando en el fondo. Para Violeta, era un recordatorio doloroso de las complejidades de la vida y las preguntas difíciles que a veces no tenían respuestas fáciles.

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⏰ Última actualización: May 01 ⏰

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Entre el crimen y el corazón- KIVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora