01. Temor / Lo siento

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1 de Mayo de 2024

Seúl, Corea del Sur

To: Tontinho.

Vale, hombre, definitivamente empezar por algún lado es más complicado que la misma idea de escribir sin un receptor que probablemente no esté ahí para leer esto.

¿Por dónde debería comenzar? (¿Es un poquito triste que piense en el "por el inicio/comienzo" que me dirías regularmente?)

¿Cómo has estado? ¿Qué estuviste haciendo? ¿Has estado comiendo bien? ¿Duermes lo suficiente? ¿Cómo están tus gatitos? ¿Cómo está tu familia?

Te extraño.

Ah, ¿Eso fue muy rápido?

Perdón, déjame comenzar desde aquellas palabras que no pude decirte a tiempo.

Lo siento.

Es tarde, 28 días tarde para ser concretos; y me siento terrible por eso, pero...

Tenía tanto miedo.

Sé que no lo dijiste, de hecho, en palabras escritas fue todo lo contrario, pero tenía tanto miedo de que detrás de todas esas palabras suaves y amables estuvieras enojado conmigo cuando decidiste bloquearme.

Aunque la probabilidad fuera un pequeño porcentaje, tenía tanto pánico de que, tú, la única persona que más amo en todo el mundo, se cansara de mí, y se molestara conmigo. Quiero decir, estarías en todo tu derecho, porque sé muy bien que no me comporté bien y te hice daño, y lo siento tanto por eso, Minnie, en serio.

No hay palabras ni sinónimos que expresen cuánto lamento haber hecho tantas cosas.

Quería responderte con todas mis fuerzas en ese instante, aún si tuviese que buscar alguna alternativa para hacerte llegar mi mensaje, pero, sentí que no sería correcto y quise respetar tu decisión por sobre todas las cosas, ya había sido lo suficientemente egoísta para ese entonces...

De verdad lo siento mucho, Minnie. Desde diciembre hasta abril no fui más que un imbécil inmaduro e impulsivo, diciendo y haciendo cosas estúpidas por instinto, sin detenerme un segundo a pensar cuán mal podrían hacerte sentir con mis acciones porque, mierda, tenías razón en ese mensaje, no sentía que fuera importante y no está bien; me apena no haberlo notado hasta esa confrontación tan directa.

Supongo que necesitaba que alguien fuera directo conmigo y me detuviera el carro; pero fue más impactante y significativo porque fuiste tú. No cualquiera, sino la personita que más me importa en todo el mundo, tú.

Muchas veces quise ir a buscar palabras de afirmación de tu propia boca, palabras como "no me gusta ese amigo nuevo que tengo, incluso si él de mí sí, incluso si me envía cosas a casa y va a viajar a verme, me sigues gustando tú", cosas como esas, hasta después de haber terminado, quería oírlas, aunque sabía que no podía pedirlo, no se sentía bien, no quería atarte a mí, y al mismo tiempo me sentía triste al ver a alguien más quizás ocupando mi lugar de a poquito.

Creí que podría lidiar con esas emociones solo, que podría superarte rápidamente y que podría sentirme tranquilo viéndote avanzar al lado de alguien más, que ya no me afectaba como antes, pero, qué tarado fui. Obviamente una relación que duró seis años no es fácil de terminar con esa simplicidad, pero no sabía eso, porque fue mi primera relación seria y, mi primera ruptura también.

Al principio quería espacio para tratar de ignorar o tapar mis emociones en torno a ti. Amarte y gustar de ti, sentí que debía arrancar de raíz todo eso si quería seguir hablándote en una relación de amistad futura, que debía cambiar mis hábitos como ya no llamarte bebé, ni bonito, lindo, chiquito, bebito, o enviarte besitos, o no avergonzarme con tu voz o mensajes; que debía calmar mi corazón que se alteraba cada vez que recibía una notificación tuya o nos juntábamos en llamada para hacer alguna actividad pasajera juntos. Sentía y pensaba que debía enterrar la rutina que teníamos.

Y después, cuando volví a hablarte con más frecuencia, al inicio creí que con el pasar de dos meses había sido suficiente para calmarme, pero al final, todavía me sentía igual. Todavía te quería mucho, todavía te amaba mucho, me gustabas mucho. Y era tortuosamente difícil aceptar la idea de que, por más que nuestro amor fuera mutuo, no iba a llegar a nada. Aún ahora es muy difícil y doloroso.

Al final, sólo soy yo, Han Jisung, sin poder afrontar el hecho de que ya se terminó.

Cuando subías cosas de tu nuevo amigo, que supongo que es aquél que gusta de ti, honestamente sentí una combinación de tristeza, rabia, decepción (de mí) y celos. Y simultáneamente, también sabía que debía aceptarlo, porque fui el que tomó la decisión de terminar con todo esto en primer lugar. Sin embargo, es difícil no seguir pensando en eso aunque hayan pasado casi cinco meses, porque lo nuestro seguía siendo una relación de 6 años.

Cuando lo pienso, creo que me perdí a mí mismo en algún punto del final de esta relación. Quedé atrapado entre el "querer" y el "deber", y me convertí en una versión más egoísta e inmadura de mí.

Una vez que volvimos a hablar, sentí que la dinámica de nuestras llamadas y mensajes cambió rotundamente. Hoy, cuando veo nuestro chat, me siento patético y un poco tonto al ver cuánto te buscaba, cómo todo el tiempo era quién enviaba los mensajes primero y se entusiasmaba por nada. Lo sé, era obvio que las cosas iban a cambiar, tenían que cambiar, es sólo que... Dolió, incluso si fui quien llevó este vínculo a ese lugar de cambio, una dinámica de seis años modificándose en un abrir de ojos me golpeó como un balde de agua fría, creo que ahí lo entendí bien.

No había vuelta atrás para nosotros, Minho. Ya no.

No habían segundas oportunidades, ni nuevos intentos, ni un final diferente.

Lo supe porque cambiaste.

Lo supe porque siempre habías sido tú quién iba detrás de mí, quién esperaba y respondía al instante, quién parecía animado con algún mensaje, quien depositaba toda su atención en mí, y creo que fui muy soberbio al estar bien con eso y creer ingenuamente que sería así por siempre. Que sin importar cuánto cambiáramos, estarías ahí, siempre, como tú me dijiste.

Pero cambiaste, yo cambié, cambiamos, y eso está bien.

Quiero decir, es natural, crecimos; ya no somos esos adolescentes de dieciséis y veinte que hacían estupideces por ignorancia, cometían error tras error y permanecían ahí. Crecimos, creamos nuevos valores, más respeto por nosotros mismos, más amor por nosotros en alguna medida, y eso está bien.

Hoy voy a escribir hasta aquí, son las cuatro de la mañana y si mis ojos de por sí son pequeños, con el cansancio se han hecho dos rayitas chiquitas que ya no soportan tanto desvelo.

Estas cartas no te las enviaré con Channie, de hecho, no te las haré llegar por medio de nadie. Ni siquiera sé si las enviaré. No sé si las leerás. Sin embargo, continuaré escribiéndolas hasta que pueda superarte un poquito más.

Siempre tuyo, Hannie.

To: Our Youth ┇ MinSung ( Original )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora