𝕷𝖔𝖛𝖊 𝕮𝖚𝖗𝖘𝖊 ━━━ 𝙉𝙖𝙣𝙖𝙢𝙞 𝙆𝙚𝙣𝙩𝙤

X

El hombre se encontraba leyendo el diario del día, por unos instantes miro aquellos vendajes que tenía consigo. Recordando a la mujer que trato sus heridas y estuvo ahí para el.

Por extraño que parezca, a su lado me siento tranquilo ya que puedo ser yo mismo, sin necesidad de mentirle.

Llevo la mirada al techo. Su rostro estaba cubierto por el periódico y un suspiro salía de sus labios.

Ella siempre está en mi mente, en cualquier forma... Es que no puedo dejar de pensar en ella y yo... Yo...

Apartó el periódico y al querer levantarse, miro a la joven. La cual lo estaba mirando a escondidas detrás del muro.

—¿Sucede algo? —Pregunto el hombre mientras se arreglaba las mangas de su camisa.

—No, nada. —Respondido algo tímida la chica. —Solo quería saber cómo están tus heridas....

Se acercó a ella, y comenzó a quitarse la ropa que tenía consigo. Kuran comenzó a quitarle los vendajes, viendo que esas heridas se habían vuelto unas pequeñas cicatrices.

—Kuran...

—¿Si? —Dijo mientras guardaba los vendajes que le había quitado.

Nanami no sabía cómo decirle lo que sentía en ese momento, pareciera un joven el cual no buscaba como expresarse.
Yuu se levantaba, cuando sintió como el mayor la tomo de la mano haciendo que todo lo que tenía cayera al suelo.

—¿Nanami? —La miro preocupada.

El simplemente la abrazo con fuerza, ella no entendía que le sucedía al rubio.

—Por cualquier cosa, estaré aquí para ti, Kuran...

—¿Nanamin? —Murmuro, alzó la mirada encontrándose con la de el.

El móvil de Nanami comenzó a sonar, a lo que se apartó de ella respondiendo.
Mientras, Yuu levantaba las cosas que habían caído al suelo.

—Kuran, saldré por un momento... ¿Deseas algo?

—No, no se preocupe... Estoy bien. —Sonreía la chica, para luego llevar las cosas.

El la miraba fijamente y luego miro su mano con aquel anillo, que los convirtió en esposos de mentira...

Aún así, esa mentira se está convirtiendo en una realidad, al pasar del tiempo...

Nanami tomó su chaqueta y se acercó a la puerta, pero de reojo miro a la chica que tomaba un libro y se acercó a la ventana.

¿Desde cuándo ella es tan hermosa...?

Un leve sonrojo se hizo notar en el mayor, saliendo con prisa para evitar que lo mirase de esa forma tan vergonzosa.