- Nunca me habías dicho que eras uno de esos seis magos del reino - La pregunta de Víctor hizo sonreír a Arion mientras paseaban tranquilamente por el valle.
- Creía que podría traer consecuencias negativas si lo descubrías... Y cuando te lo quise decir, fue el día que me dijiste que ibas a casarte... - La voz del moreno se apagó al pronunciar aquellas últimas palabras, clavando sus ojos en el suelo.
- Arion, sabes perfectamente que no quiero hacerlo... Roleia es una chica fantástica, de eso no tengo duda alguna, pero no sería capaz de pasar toda mi vida con ella.
- Lo sé... - Un suave suspiro y una sonrisa por parte de Arion pusieron fin a aquella conversación - Volvamos a mi torre, tu amigo y tú debéis estar hambrientos después del viaje...
Sin más que decir, los dos jóvenes regresaron al hogar de Arion, quien no tardó en desaparecer tras una de las puertas mientras Víctor descansaba, esperando su regreso.
- No sabía que conocías a uno de los magos - La voz de Bailong a sus espaldas no le sobresaltó, ya había notado su presencia antes de que hablase.
- Conozco a Arion desde hace tiempo, pero no sabía esta faceta de su vida... No es algo que me haya comentado antes, la verdad - El bicolor se dejó caer en el sofá frente a él.
- Y yo que pensaba que los enamorados se contaban todo - Los ojos de Víctor se abrieron bastante al escuchar a su amigo - No te hagas el sorprendido, sois muy cantosos. Cualquiera que tenga ojos podría notar cómo os miráis o cómo actuáis.
- Conocí a Arión hace uno o dos años, y simplemente surgió... - La voz del joven príncipe trataba de sonar desinteresada, buscando restarle importancia a aquel hecho.
- Y por eso te niegas a contraer matrimonio con Roleia - El silencio por parte del peliazul confirmó la sospecha de Bailong- Debes hablarlo con tu hermano, y sobre todo con ella, no me parece justo que ella se enamore cada día más de ti si nunca vas a aceptar sus sentimientos.
- Cualquiera que te escuche pensaría que tu corazón pertenece a Roleia ahora - A pesar del intento de bromear de Víctor, la oscuridad en los ojos de su amigo fue una clara señal de que avanzar por aquel terreno era un completo error.
- Deja de decir estupideces, no me gustaría alguien así nunca - La seriedad en la voz del bicolor captó la atención del peliazul.
- ¿Y cómo quieres que lo sepa? Jamás hablas de ti, ni siquiera sé si has tenido alguna pareja en tu vida o no, nunca me cuentas nada - La réplica por parte de Víctor hizo que su acompañante se levantase de golpe, visiblemente molesto.
- No tengo por qué darte explicaciones de todo lo que ocurre o no en mi vida, Víctor - Esta vez, fue el príncipe quien le sostuvo la mirada.
- Es que no me explicas absolutamente nada Bailong, ahí está el problema - Sin darle tiempo a seguir hablando, el bicolor abandonó la sala - ¡Bailong!
- ¿Qué ha pasado...? - La voz de Arion junto a él hizo suspirar a Víctor.
- Nada importante, olvídalo... - La mirada ámbar del príncipe se clavó en el otro chico - Tengo algo que pedirte...
* * * * *
Antes de lo previsto, el Sol comenzaba a ponerse en el valle, y los dos amigos esperaban a lomos de sus respectivos caballos. Todavía no habían cruzado una sola palabra, y a pesar de ello, los dos sabían que ya se habían perdonado por el enfrentamiento de horas atrás.
- ¿Arion te ha dado lo que necesitamos? - La pregunta de Bailong hizo asentir a Víctor.
- Sí, he guardado el frasco con el viento dentro de mi bolsa... Pero tengo algo que pedirte a ti.
- Adelante - La escueta respuesta de Bailong hizo suspirar a su amigo.
- Deja que Arion nos acompañe - Antes de que el bicolor pudiera replicar, Víctor no tardó en seguir hablando - Piénsalo Bailong, él también conoce a la perfección el reino, y su capacidad de crear tornados puede ser un auténtico beneficio para nosotros en lo que nos queda de viaje.
- Está bien... Pero solo aceptaré su compañía porque es poderoso, no por tus malditos amoríos - Una sonrisa adornó el rostro del príncipe ante el visto bueno de su amigo.
- Gracias, Bailong... - Sin poder evitarlo, el mismo gesto se contagió al rostro del nombrado.
En apenas unos minutos, los tres chicos se habían puesto en marcha de nuevo, avanzando bajo la luz de la luna y dejando que los caballos caminasen a un ritmo tranquilo.
- Solo quedan tres elementos y habremos completado la lista de Catora... - La emoción en la voz de Víctor era palpable - Pronto Vlad estará recuperado para volver al trono.
- ¿Cuál es vuestro siguiente objetivo? - La pregunta curiosa de Arion a sus espaldas hizo que Víctor tomase el pergamino, abriéndolo para leer la siguiente línea que aparecía en él.
7. Pluma del sacrificio para actuar con justicia en busca de un bien supremo.
- "Pluma del sacrificio"... Nunca había escuchado hablar de algo así en ningún lugar del reino - La respuesta de Arion sorprendió a Víctor, quien no tardó en observar al bicolor.
- ¿Tú sabes algo, Bailong? - El chico solo guardó silencio, con una expresión seria en su rostro.
- No tardaremos en llegar al lugar donde se encuentra - La escueta y fría respuesta hizo asentir a Víctor, sin atreverse a preguntar nada más.
Tras un tiempo, los tres chicos observaron un denso bosque que se extendía ante ellos, totalmente oscuro y silencioso. Un escalofrío recorrió la espalda de Arion al ver que se adentraban en él sin ningún tipo de luz que guiase el camino, siguiendo únicamente el sonido de los pasos de Guiverno sobre las hojas secas.
- Este bosque no tiene salida... - La observación por parte de Arion hizo asentir a Víctor, pero su mirada seguía clavada en su mejor amigo.
Y de pronto, tras sentir cómo Bailong susurraba algo que no logró descifrar, el bosque pareció abrirse a la mitad para dejar paso a una zona donde el mar se extendía, totalmente oscuro y silencioso, sin que se sintiera una sola ola moverse.
La niña que rezaba en medio del mar, dentro de un bote y rodeada de luces anaranjadas, se sintió como un mal augurio.
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PROFECÍA ;; Inazuma Eleven Go
Fanfiction"... La potente luz solar hacía que la vidriera sobre el trono brillase con intensidad. Sus ojos recorrieron con calma y atención las dos imágenes grabadas en los cristales que, unidas, conformaban la batalla entre un caballero y un dragón, con un c...