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Is it my fault?

Año 2014

Julio = Frío. Fútbol. Ilusión.
Creo que esas eran 3 palabras que podían describir al país perfectamente en ese momento y no eran distintas para la familia Marquez.
La final de un nuevo mundial se acercaba, la selección había clasificado nuevamente y la fé en levantar una nueva copa estaba en el punto más alto para todos los argentinos.
Vivir un mundial no es fácil para nadie, un evento deportivo mundial en donde no solo se disputa la habilidad deportiva de cada país, si no también su orgullo. Un mundial puede definir un año entero aunque el mismo se suceda en la mitad, si tu país logra ganar, es el mejor año de tu vida sin importar que pueda suceder en los 5 meses restantes, ah pero si tu país pierde, mira si no lo sabremos nosotros que las hemos pasado todas. Si tu país llegara a perder la final del mundo, se convierte en un año del orto y nada puede remontarlo, esa sensación amarga en la boca, viendo que lo tenías todo en la palma de la mano y en un segundo eso mismo se puede caer y romper.
Esos 11 hombres peleandose por una pelota eran mucho más que eso, eran 11 guerreros que en ese momento llevaban a sus espaldas a las 42,67 millones de personas restantes en el país.
Laila no iba a ser la persona que negara ese hecho, ella se la pasaba viendo a 20 tipos manejando en círculos todos los fines de semana. Ella entendía la importancia del folklore del fútbol y la gloria que trae arraigada al ganar, pero ella sabía que si algo malo sucedía, nunca los iba a dejar de apoyar, después de todo la estaban representando ante los ojos del mundo aunque no muchos la conocieran.

El 2014 no estaba siendo exáctamente el mejor año para Laila, había estado creciendo en el mundo automotor argentino y eso la había llevado a poder ver equipos en intentar hacer las pruebas para la formula 3, saben el problema? Todos los representantes que estaban allí viéndola le dijeron que por ser una chica no creían que pudiera llegar a algo, pero le disfrazaron la verdad con excusas de edad y reglas de la FIA que tenían buscar y hablar para poder aceptarla. Pero en lugar de aceptarla le ofrecieron charlas con algunas ingenieras o que este en la lista de candidatas para un proyecto en el que estaban trabajando y sería únicamente para mujeres.
Laila estaba sumamente enojada, ella sabía que no existía ninguna norma en el reglamento oficial que prohibiera específicamente a las mujeres la participación en la carreras, y ella había leído ese libro de principio a fin para poder defender sus derechos, la adolescente no quería charlar con otras mujeres y mucho menos quería competir en una categoría aparte ¿qué tan difícil era que una chica pudiera entrar en ese mundo? ¿Qué diferencias tenían con los otros chicos que estaban allí para sus pruebas?
La rubia simplemente no lo entendía, tenía tantas ganas de decirle a esos hombres de traje todas las puteadas que se sabía. En su lugar y sabiendo que después su madre la retaria, agarro sus cosas y se fue.
Su padre, que estaba intentando negociar con aquellos hombres, tuvo que seguirla corriendo porque la ojiverde se había ido más rápido que un rayo.

Al llegar a su casa lo único que hizo fue encerrarse en su mundo, en su habitación, solamente ahí se permitio soltar unas lagrimas, una furia comenzaba a crecer en el interior de su pecho, ya no sabía si estaba enojada, triste o angustiada.
Su familia intento hablar con la chica, pero ella estaba tan concentrada mirando un punto fijo en la pared que no hizo caso a sus llamados, por lo que decidieron dejarla en paz hasta la hora de la cena.
Laila buscaba una respuesta coherente que le explicara porque al ella tener vagina era menos capaz que cualquier otro chico que estuviese ahí. Penso que era por su altura, pero habían chicos que eran bajitos, luego penso que podía ser la poca masa muscular pero tampoco podía ser, si su hermano se encargaba de que entrenara con el para que se pudiera defender. También sabía hablar correctamente, su hermana le había dicho que su mayor aliado eran sus palabras en la mayoría de casos, por lo que le enseñaría qué decir y cuándo.
Realmente no comprendía que pasaba con los hombres del mundo, se pensaban que por ser una chica la iban a hacer sentir menos. Pero Laila no iba a dejar que la hicieran sentie así de nuevo, esa furia que antes tenía se convertía en autosuficiencia, no necesitaba de nadie para poder triunfar, total al final del día siempre iba a ser solo ella.

The Dragon of FireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora