005

130 14 1
                                        

Laila miro la pantalla de su celular sin saber que hacer, el nombre de "Scuderia Ferrari" brillaba en su bandeja de entrada. Su corazón empezó a latir con fuerza, parecía que se le iba a salir del pecho, al final los rumores eran verdad.
Con miedo apreto el mail entrante, la curiosidad le ganaba a su ansiedad y pensando lo peor empezó a leer como pudo el mail...

"...nos gustaría una reunión con usted..."

Tuvo que leer varias veces esa pequeña oración para confirmar si lo que estaba pasando no era un sueño, hasta que la realidad la golpeo. Ferrari la buscaba, no sabía cómo y por qué, pero la querían y esa era una mínima luz de esperanza entre todo lo que le había pasado anteriormente.
Obviamente estaba asustadisima, no sabía con que le iban a salir en la reunión y que excusas le iban a querer meter, hasta lo que sabía eran bastantes complicados los tanos y ella era un quilombito andante.
Con el cagaso del mundo, salió de la aplicación y le mando un mensaje a Toto y a su representante, necesitaban verse urgentemente para que la rubia no conteste ninguna pelotudes.

"Necesitamos vernos lo antes posible, me mandaron el mail."

Sabiendo que no le iban a contestar, intento dormir, aunque todos los pensamientos intrusivos que tenía y sobrepensamientos no la estaban dejando. Dio miles de vueltas toda la noche hasta que durante la madrugada logro dormir un par de horas por un video de una meditación guiada.

Al otro día parecía que le iba a dar un brote en cualquier momento, se había levantado de mal humor por sus pocas horas de sueño y encima no tenía mucho tiempo de arreglarse para ir a terapia.
Toto y su representante le contestaron que durante la tarde harían un zoom para tomar la mejor decisión. Mientras tanto tenía que seguir su día como si no hubiese recibido la oferta de su vida hasta las 17hs.
Le mando un mensaje a Franco diciéndole que no iba a estar hasta dentro de un rato, y después de prepararse salió para su sesión de terapia.
Laila entro con el corazón en la garganta pero Silvia, su psicóloga, la supo leer al instante. Hablaron de todo lo que había pasado en una sola noche y la chica se dio cuenta de todos los miedos que tenía guardados. Ferrari era un equipo grande, tenía muchas oportunidades allá, pero los tifosi eran... complicados ¿y si no les gustaba su incorporación y la mataban por todos lados? Por otro lado, los jefes tampoco eran angeles, ¿mira si les caía mal y le metían una patada en el culo? Con moño y todo la iban a devolver a Buenos Aires. Era una decisión arriesgada, dejar a Franco solo... o mejor dicho, estar ella sola, porque seguramente no le iban a querer hablar ¿o la tratarían mal?

Eran demasiados pensamientos, su ansiedad estaba al palo pero su psicóloga logro calmarla un poco y mostrarle una salida. Era lo que siempre había soñado y ese fue el único equipo que se había arriesgado por ella ¿porqué no intentarlo si la propuesta era buena? Si tenía un buen rendimiento y no chocaba todos los fines de semana seguramente la quieran en otros equipos o Ferrari apostaría al 100% por ella. Opciones habían, pero solo ella sabía que era mejor.

Al terminar la sesión se fue directo a su departamento, solo para encontrarse a su team mate sentado en el piso del pasillo al lado de su puerta.

L: Tarado, te mande mensaje de que no estaba, ¿qué haces acá?

F: Necesitaba ser el primero en verte si o si, tengo demasida data y si es verdad, la quedo.

L: Yo también tenfo info amigo, pasa y tomamos unos mates.

...

F: Bueno, ya tenemos todo, lo decimos a la vez??

L: Ay si, porque sino me va a dar un brote como a Matias Alé.

F: Bueno dale, va... 1, 2...3

F: PARECE QUE LO QUIEREN RAJAR A LOGAN Y METERME A MI EN LO QUE QUEDA DEL AÑO.
L: FERRARI ME MANDO UN MAIL Y SE QUIEREN REUNIR CONMIGO.

The Dragon of FireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora