𝐊𝐎𝐎𝐊𝐓𝐀𝐄 | En las alianzas de su matrimonio, Taehyung y Jungkook tejieron sueños y promesas, creyendo ciegamente en que su union sería para la eternidad.
Jungkook, un hombre reservado y profundamente inmerso en sus objetivos y metas de vida...
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Era otro día, y el despertador sonó con su tono insistente, arrancando a Jungkook de un sueño inquieto. Aún en la penumbra de su habitación, se sentó en la cama, frotándose los ojos mientras las preocupaciones del día anterior empezaban a tejerse en su mente. Taehyung aún dormía, la separación de sus rutinas cada vez más marcada por horarios desiguales y encuentros fugaces. Se levantó con un suspiro, evitando deliberadamente hacer ruido, y se vistió en silencio.
El viaje matutino hasta la oficina fue un reflejo de su estado mental: calles despejadas y una neblina que lo aislaba del mundo exterior. Al llegar a su empresa, la recepcionista lo saludó con una sonrisa que él apenas devolvió. Su despacho en el último piso ofrecía una vista panorámica de la ciudad, un reino de cristal y acero que había construido con cada sacrificio, cada hora extra.
El cual era sumamente importante para él, su prioridad, ante todo.
Apenas había encendido su computadora cuando su secretario y asistente personal, Mark, entró con una serie de documentos.
"Buenos días, señor. Tiene una videoconferencia con los inversores de Dubái en una hora, y el señor Dawson llamó preguntando por la revisión del contrato."
Jungkook asintió, repasando los papeles sin ver realmente. "Dile a Dawson que lo llamaré antes del almuerzo. Y, por favor, tráeme un café doble."
Mientras Mark asentía y salía del despacho, Jungkook intentó concentrarse en los documentos, pero su mente vagaba hacia la cena de la noche anterior. Sabía que había sido duro con su esposo, tal vez demasiado.
«Necesito que entienda la presión bajo la que estoy» se dijo, justificándose.
«Además siempre le doy todo y le cumplo todos sus gustos que quiere.» se pasó una mano por el rostro cansado.
Unos minutos antes de la videoconferencia, su teléfono sonó. Era Taehyung. Sin pensarlo mucho silencio el aparato, dedicándose de lleno a lo que importa...
Su empresa.
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Taehyung se encontraba en la moderna barra de su casa, la prueba de embarazo aún sobre la encimera, el resultado claro como el día.
