𝐓𝐀𝐄𝐊𝐎𝐎𝐊 | En las alianzas de su matrimonio, Taehyung y Jungkook tejieron sueños y promesas, creyendo ciegamente en que su union sería para la eternidad.
Taehyung, un hombre reservado y profundamente inmerso en sus objetivos y metas de vida, v...
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Miraba por el ventanal de su cocina, observando cómo las hojas amarillas y rojas bailaban en el viento otoñal antes de aterrizar suavemente sobre el césped. El aroma del café recién hecho llenaba el aire, un pequeño placer que se había convertido en su ritual matutino desde que se casaron. A su lado, en la mesa, el periódico del día aún sin tocar y una tostada a medio comer eran testigos mudos de la prisa con la que Taehyung había dejado la casa esa mañana.
"Otro día" murmuró para sí mismo mientras servía su segunda taza de café. No podía negar que las cosas habían cambiado.
Fue el día de su cumpleaños hace dos años que se dio cuenta que su matrimonio comenzó a decaer, y la distancia entre ellos cada vez se hacía más palpable y es que Taehyung nunca olvidaba las fechas importantes que tenían ellos como pareja desde la universidad.
Los primeros días de su matrimonio, en específico el primer año, había estado lleno de risas compartidas, cenas tardías y paseos espontáneos por las calles empedradas de la ciudad. Taehyung solía ser reservado, sí, con ese toque de frialdad que a menudo se confundía con gruñonería, pero con él, se había abierto, mostrando un lado más suave y cariñoso. Ahora, a medida que su carrera como director ejecutivo despegaba, esos momentos se habían vuelto cada vez más escasos.
Sumido en sus pensamientos, un recuerdo se le vino a la mente...
Él había llegado a casa luego de trabajar, aunque no lo necesitaba, le gustaba sentirse útil por lo cual invertía su tiempo ayudando a una señora mayor en la venta de esencias, cuarzos, piedras protectoras y especiales. Por lo cual tenía varias de ellas en casa.
Subió las escaleras hacia su habitación con entusiasmo para buscar su regalo. Cuando llegó no pudo divisar nada en la cama, normalmente Taehyung le escondía los regalos para que él lo buscara, casi como un juego entre ellos. Pero esta vez, al darle una revisada completa a su habitación y armario, no había encontrado nada.
Suspirando se dejó caer sobre sus talones.
"Está bien, me rindo" dijo cuando lo escuchó entrar a la habitación. "¿Dónde lo escondiste?"
"¿Dónde escondí qué?" inquirió distraído, Jungkook levantó la mirada, solo para encontrar a Taehyung prendido de su celular donde tecleaba. Estaba con la camisa blanca entreabierta y el cabello húmedo.
Taehyung al no recibir respuesta, dejó el celular por un momento viendo todo el desastre que era el armario. "¿Qué demonios estás haciendo, cariño?" reprendió dándole un vistazo desaprobatorio volviendo a su teléfono.
Jungkook reparó lo que lo rodeaba y joder... Taehyung era un adicto al orden, esto era como miles de clavos ensartados en su perfecta oficina.
"No es mi culpa, si escondieras mi regalo en lugares más fácil de ver, no habría sucedido todo esto" refunfuñó volviendo a acomodar el armario.
