¿Nueva vida? [Sproier]- REESCRIBIENDO

celo adelantado ~🔞



Habían razones por las que Roier no permitía que muchos alfas se le acercaran, y eso eran sus malas experiencias con ellos.

Pero ahora mismo, estaba encerrado en su habitación, y fuera de está estaba el alfa que su persona consideraba él peor de todos.

Y el indefenso.

Que gran día para ser comida de alfa.

Busco su teléfono en sus bolsillos, recordando que lo había dejado en el cuarto de Aldo, se maldijo nuevamente mientras se retorcía en los efectos de la pastilla.

Se golpeo mentalmente por haber sido tan tonto y no recordar aquellas advertencias por parte de unos de los anfitriones.

Usando lo último de cordura, buscó en los cajones de su mesita de noche uno de sus supresores, rogó de forma interna no haberlos perdido.

Y es que eran los últimos según sus cuentas, si los había guardado... ¿Verdad?

- mierda- missa me pidió los últimos la vez pasada.

Murmuró al recordar ese pequeño detalle, habia olvidado hacer la compra.

Bueno, su próximo celo aún estaba lejos, no había previsto estar en esa situación de forma cerca.

Se retorció nuevamente cuando una fuerte corriente placentera lo invadió, su instinto quería llamar al alfa fuera, podía sentir su aroma detrás de esa puerta.

Dioses, odiaba estas situaciones.

Su lado Omega lo dominaba y el sólo podía dejarse, implorar por ser tomado y lloriquear por el simple hecho de no ser complacido.

Otro roce con su ropa y dioses.

Ésto era una tortura, su celo adelantado y la necesidad de frotarse contra todo.

Se retiró las prendas lo mejor que pudo, para después envolverse en las suaves frazadas de su cama, intentando mantener la calma.

Si aldo no le regresaba su celular apenas saliera de esa situación lo mataría.

Un nuevo suspiro salió al aire, sus dedos golpeando su parte sensible con velocidad y el retorciéndose debajo de su propio toque.

No podía salir, no podía dejar que alguien lo aliviará y no le apetecía aguantar el calor que lo invadía, no habían rastros del alfa en su espacio y eso lo...

¿Calmaba? ¿Desesperaba?

En ese momento no estaba en su mejor momento como para saber con exactitud que era lo que realmente sentía al no poder olfatear al alfa, un nuevo golpe en su parte baja dads por sus dedos aue intentaban llegar más profundo sin éxito.

Se estremeció.

Pensó en el diferentes personas, sólo quería aliviar ese terrible ardor, la imagen del azabache en la fiesta volvió a su cabeza, un suspiró tonto y logró correrse.

No podía dejar que su cuerpo reaccione así por aquel alfa tonto.

El duro orgasmo logró llevarlo a los brazos de morfeo dejándolo descansar.

Que al menos los efectos de la droga que había ingerido se fuera.

Eso, solo necesitaba descansar.

Cerró los ojos, guiado por el cansancio de su cuerpo y el pesar de sus ojos.

Sus ojos pesaron, miró al frente de la pared blanca.

Entendió de inmediato que había pasado.

Había vuelto a perder el control.

Nada nuevo, pero en serio no podía comprender su poca resistencia.

El azabache se removió en las sábanas, al parecer había sido sedado.

El recuerdo del castaño volvió a su mente alterandolo al instante.

¿Le habría hecho algo?

Mirá que le gusta follar, pero con la autorización del omega que tomaría.

No era tan hijo de puta cómo para aprovecharse de alguien indefenso.

- jóven Buhajeruk, veo que ha despertado.

La voz del profesional lo sacó de sus pensamientos, le dió una mirada desorientada, intentando pedirle explicaciones de su paradero

- su ayuda por sacar al omega fue útil, pero usted se vió afectado, por suerte pudimos sedarlo a tiempo y evitar que cometa una inmadurez.

Un alivió repentino lo invadió, pudo asentir satisfecho mirando otro punto de la sala.

- puede retirarse o quedarse 15 minutos s
Más según su gusto, su habitación y la del omega fue ya mandada a limpiar, disculpe los inconvenientes.

Dicho y hecho, el azabache no espero mucho tiempo más, caminó recto a su departamento.

Había mandado a Vegetta a advertirles sobre el problema.

¿No pudieron haberle hecho un poco de caso?

Sus pasos llegaron a la habitación de cierto pato omega, su silueta resaltaba.

Dió tres toques y esperó paciente a que la puerta fuera abierta.

Tenían mucho de que hablar.

- pero que-

- hola.