Anne nunca se sintió con el derecho de amar a alguien, al nacer en una época de apariencias y pureza de sangre el amor era algo que no conocía.
Fue abandonada en un burdel al nacer, intercambiada por sus padres aristócratas quienes deseaban un varón para así heredar una gran propiedad, así que mientras aquel niño hijo de una prostituta obtenía la herencia prometida ella fue educada para vender su cuerpo en cuanto se formará correctamente como una mujer. No tuvo amigas, no tuvo amantes ni hijos, no había felicidad en su vida hasta que nació el.
El hijo de una compañera de trabajo, Mary, compartía la belleza de la mujer, una inteligencia y astucia aprendida por el entorno en el que creció y unos ojos bicolores que hipnotizaban a quien lo mirara fijamente. Un niño que le dio a Anne un motivo de vida, más allá del alcohol y sobrevivir a los malos clientes.
El niño creció siendo educado por todas las mujeres del burdel, siendo protegido por su madre, unido a Anne, viviendo una vida dura con bastante optimismo que se agotó cuando Mary mostró sus verdaderos colores al niño...literalmente para él.
Anne aún se arrepiente de no haber estado ahí para evitar el final que tuvieron esos dos, aún se culpa de haberlos dejado solos cuando sabía que Mary no se encontraba en sus cinco sentidos. Aún le dolía recordar la risa casi enloquecida del niño mientras lloraba mirando sus manos manchadas de sangre, sintió la culpa mientras limpiaba la sangre, mientras lo bañaba y vestía, mientras fingía demencia de la situación, Anne supo que no era digna de amar a ese niño porque nunca lo ayudó. Aun así, lo motivo a buscar un amor que valiera la pena, no como el suyo que era indigno.
Y entonces el chico creció, mientras ella formaba un orfanato como penitencia de su error el pequeño albino se convirtió en un despiadado asesino que trabajaba desde las sombras con astucia, más Anne no lo supo hasta el Ragnarok.
El Ragnarok, dónde la mujer gritó apoyando al niño, a Jack, por qué consiguiera la victoria, fue la única en aquellas gradas apoyarlo y no se arrepentía, no se arrepentía de pelear contra todos esos idiotas que lo ofendían, no se arrepentía de gritarles las peores groserías de su época a todos aquellos cobardes que lo apedrearon al concluir la batalla, no se arrepentía de buscarlo después de la batalla, de querer verlo nuevamente, no se arrepentía de intentar remediar sus errores en vida.
Pensaba que Jack no la querría ver, pensó que estaba siendo demasiado optimista al pensar que el chico la perdonaría por no ser lo suficiente valiente para amarlo antes, pensó tantas cosas erróneas porque nada la preparó para las palabras que aquel chiquillo le diría después de que la locura de batallas concluyera.
- quieres que yo... ¿que?
-que conozcas a my dear god (mi querido dios) -dijo Jack con simpleza- hemos comenzado una relación ahora y.... es común pedir la bendición de nuestra familia según la cultura griega así que...
-entiendo eso, pero ¿por qué yo? –volvió a preguntar la mujer sorprendida
- deseo que la mujer que me amo como una madre y me inspiró a buscar el amor vea a donde me guio su consejo –aseguró el hombre con simpleza
Los ojos de Anne se llenaron de lágrimas al tiempo que abrazaba al humano casi con temor a que desapareciera, sabía que era imposible que Jack no notara su cambio emocional, aunque igualmente intentó esconder su llanto, confirmó que fue inútil cuando el menor la abrazó con cuidado por la espalda mientras susurraba
- thank you for love me, mother (gracias por amarme, madre)

ESTÁS LEYENDO
Madre
Fiksi PenggemarPequeñas historias narradas desde la perspectiva de aquellas mujeres que han sido como una madre para algunos de nuestros luchadores del Ragnarok. Esté fic es en conmemoración del día de la madre que se celebra hoy en mi país, aún así hay ligeras me...