capitulo 49

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MARÍA

Los hombres me bajan de la camioneta y me entran como a un tipo de hospital, la fachada se ve tenebrosa, entremos y los pasillos son largos hay varias puertas

Los techos son altos y las luces se apagan pero al instante se vuelven a prender y siguen así hasta que volteamos por otro pasillo, al fondo se ve una puerta en madera con el nombre de "director"

El hombre que está a mi derecha da suaves golpes en la puerta, entramos y lo primero que veo es un escritorio al lado de el hay un estante lleno de plantas, me sientan en una silla metálica que está al frente del escritorio, ellos se posición atrás mío haciendo presión en mis hombros

Una puerta que está al otro lado de la oficina, se abre de golpe y un hombre bajo, de constestura gruesa, calvo con barba vastante crecida, y unos lentes de marco negro se acerca a nosotros

Unos segundos después sale una mujer del mismo cuarto que aquel hombre salió hace un momento

La mujer tiene cara de pánico, algunas lágrimas bajan por sus mejillas a una velocidad impresionante, viste con una bata blanca larga y la cual está manchada de sangre en la parte delantera, específicamente en su parte íntima

La mujer me mira con miedo, es igual de alta al señor, con cabello largo negro, está un poco despeinado, su tes en blanca y los ojos los tiene rojos

- Martina ya puedes salir - pide el señor sentándose en su silla de cuero

- No, ella será otra víctima - llora desconsolada - CORRE Y HUYE LO MÁS LEJOS QUE PUEDAS - el señor aprieta un botón rojo que está encima del escritorio, la puerta se abre y dos hombres más entran y sacan a la mujer arrastras quien sigue gritando que debo huir

- no le hagas caso, es una pobre mujer que ha tenido una vida muy difícil - me mira serio, antes de que cierren la puerta vuelve hablar - encierrenla y que se tome los medicamentos, no la van a despertar hasta mañana en la tarde

Escucho la puerta cerrarse, el hombre pone sus codos sobre la mesa y apoya su cabeza en sus manos

- Soy Arsenio Ivanov el director general del psiquiátrico la pradera, tu debes ser María Peralta - lo miró con cinismo - es un gusto tenerte aquí con nosotros

- ¿quien los llamo?

- no entiendo tu pregunta - me sonríe

- no se haga el bobo viejo verde, alguien tuvo que haber llamado a este centro para que me capturaran

- no digas capturar, suena como si fueras una fugitiva de la justicia, aquí te vamos a ayudar eso es todo, y los que te llamaron quien lo mejor para ti - me rio fuerte como toda una maldita loca

- no me hagas reír, esa perra no quiere lo mejor para mi, si por ella fuera yo ya estaría tres metros bajo tierra - Arsenio niega, suelta un suspiro y me vuelve a mirar

- no nos llamo ninguna mujer, el que se comunicó con nosotros fue el señor Killer Ross Bauer - su confección hace que mi corazón se detenga, la respiración se me corta y el cuerpo me empieza a sudar, mi mirada está perdida

Escucho unos pasos acercándose a mi, mi mente está en blanco, las palabras se van volviendo poco audibles en mi cabeza solo resuena y pitido, como cuando se desconecta alguna máquina de hospital 

- María se encuentra bien, está en un estado de shock, llevenla a su habitación y denle un calmante - escucho su voz muy lejos, cada vez se va alejando más escucho solamente los ecos

Siento que me levantan, salimos de la oficina y caminamos por dos pasillos más  hasta que llegamos a una habitación que tiene el número veintiocho, entramos y veo que las paredes tienen como un tipo de almohadilla en color gris que cubren las paredes completamente, en una esquina hay una cama con sabanas blancas, me sientan en esta

a mil millas de ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora