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"Nochu responde de forma positiva a las muestras de afecto también, demuestra que ser tratado como a un niño le gusta, no ha tenido miedo de mí.

Se ha levantado a mitad de la noche para que los demas Alters no le prohíban el acceso al cuerpo, aunque sabe que es indebido y iba a castigarse, lastimandose con cortes."

Jimin suspiró de forma temblorosa, habían pasado varias horas de aquel encuentro con Nochu, pero no podía sacárselo de la cabeza, no dejaba de pensar una y otra vez que quizás de no ser por él, y el que haya ido a buscarlo, ahora Jungkook andaría escondiendo sus muñecas con cortes.

Y la idea de Jungkook lastimado no le gustaba ni un poco, las náuseas invadían su estómago, como le había prometido al joven no le había dicho nada a Jungkook ni a los demás, pero creía que quizás sería importante contarle al respecto.

"Nochu es quien recuerda los mayores traumas, y quién los vivió en el pasado, supongo que por su actitud recibía castigos por cualquier cosa que hiciera, de allí su miedo a todo y el pensamiento de que merece un castigo, como nadie va a hacerlo lo hace él mismo en conductas autodestructivas.

Es un perseguidor, pero tengo esperanzas de que pueda superar sus recuerdos, ha conectado conmigo y demuestra que es capaz de hacer más que solo pensar en lo malo.

No sale mucho, pero trataré de ayudarlo cada vez que lo vea."

Cerró el cuaderno y volvió a guardarlo en su lugar secreto.

Jungkook aún estaba en clases, le quedaba alrededor de una hora, él estaba libre porque su profesor estaba enfermo, decidió consentir un poco al chico y fue hasta la pastelería para comprar los cupcakes de chocolate que tanto le gustaban.

Al regresar preparó su café y dejó agua caliente para cuando Jungkook regresara, al rato, el castaño entró en silencio y con la mirada baja.

—Jungkookie, te traje tus cupcakes favoritos— anunció Jimin, mirando su celular.

— Gracias— murmuró él castaño, luego de un momento de silencio.

El mayor notó que su tono de voz no era el normal y alzó la vista hacia él, de inmediato se preocupó al ver su rostro, levantándose de la silla y yendo hacia él.

— Dios, Jungkook, ¿Qué te pasó?

— No es nada — dijo, aunque Jimin no podía ignorar su ojo que comenzaba a tener una coloración rojiza que luego sería morada, y su labio hinchado de un lado, por un golpe.

— ¿Cómo que no es nada? ¿Quién fue?— Jimin se arremangó su buzo y remera, en un gesto automático, esperando saber nombres y direcciones, pero el castaño sólo negó.

— No es nada, no importa— repitió, parpadeó rápido para apartar sus lágrimas.

— Jungkook.

— Jimin, déjame— el castaño se apartó, huyendo del abrazo que el mayor intentó darle—. No es nada importante, en serio, JK es un idiota que cree que puede pelear contra todo imbécil que diga algo malo de mí— se encogió de hombros, pero no sonó nada convincente, Jungkook solía titubear cuando quería mentir, no le salía natural —. Es todo.

Jimin lo miró sin decir nada, pero sintiéndose mal, Jungkook borró sus lágrimas y tomó un cupcake, y se volteó al rincón de la cocina para prepararse un té, dándole la espalda a su compañero de cuarto.

El mayor no podía dejar todo así e ignorarlo, y luego de pensarlo un momento, fue hacia él y lo abrazó por sobre los hombros con un brazo, mirándolo de cerca esperando que le contara al respecto.

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⏰ Última actualización: Aug 18 ⏰

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The Alters ❅ JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora