Tempus Fugit • Soukoku

¿Tiene realmente algún valor esto que llamamos vivir?

¿Dazai? ¿Por qué deseas morir?

Démosle la vuelta a esa pregunta:
¿Tiene realmente algún valor esto que llamamos vivir?

¿Entonces el bastardo suicida quiere vivir?

Aún no he cumplido mi promesa de usarte como mi perro.

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Dazai se levantó y caminó hacia el final del callejón, sin saber qué hacer, sería peligroso simplemente salir para que todo el mundo los viera, no sabía en qué época estaban.

Las cosas podrían ser diferentes en el futuro.

El futuro es algo que no se puede predecir, encierra demasiados misterios y Dazai encontraba aterradores cada uno de ellos, increíblemente aterradores.

No quería un futuro.

Estaba seguro de que no tenía uno,

Aunque Chuuya definitivamente sí lo tenía.

Pero, en cambio, si esto resultaba ser el pasado, él y Chuuya estarían en problemas de todos modos. Si ambos fueran descubiertos, podría arruinar sus vidas actuales y no necesitaban más de eso.

Por primera vez, Dazai no tenía idea de qué hacer, ¿adónde se supone que deberían ir? ¿Cómo volverán a su época?

No, tenía que encontrar la respuesta a la pregunta más importante: ¿en qué época estaban?

Parece que los Dioses lo escucharon.

"¿No es ese Akutagawa?" Susurró Chuuya, colocando una mano en el hombro de Dazai, inclinándose hacia adelante.

Dazai giró su cabeza de la tienda de arte al pequeño supermercado que estaba en frente, y efectivamente, allí estaba Akutagawa, parecía mayor, tal vez recién entrando en sus veintes, tenía su habitual rostro inexpresivo, aunque se iluminó levemente cuando otro chico salió de la tienda, tenía cabello blanco con una raya negra atravesándolo cerca de su flequillo desigualmente cortado y ojos multicolores casi inhumanos pero impresionantes.

"¿Quién es él?" Preguntó Chuuya, ya que nunca antes lo había visto.

Dazai se encogió de hombros, "No lo sé, pero parecen cercanos", luego se relajó y se permitió concentrarse, inclinándose para escuchar atentamente.

"!-uya dijo que no compraras demasiado cangrejo enlatado, y tú compraste una bolsa entera! Lo va a tirar todo al final de la semana", regañó el chico que ninguno de los dos conocía.

Akutagawa frunció los labios y luego se encogió de hombros "La semana casi termina Jinko", dijo mirando al otro hombre perezosamente.

Había un aire de calma alrededor de Akutagawa que no había existido antes, como si no tuviera ninguna carga sobre sus hombros, era extraño de ver, pero no desagradable.

El chico lo miró fijamente a los ojos "¡Exactamente!" gritó exasperado.

Akutagawa no parecía desconcertado en lo más mínimo. "Es un hombre adulto que puede manejarse solo", respondió, sólo para sonreír levemente cuando el otro chico lo miró fijamente como si tuviera algunos tornillos flojos en la cabeza.

"Estás hablando del hombre que tuvimos que pescar en el río hace una semana", habló el peliblanco, sin encontrar graciosa en lo más mínimo la respuesta del otro.