Yo también te deseo

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Somos idiotas,
Unos completos idiotas,
Somos tan obvios y tan inconscientes
Pero un accidente planeado
Aun así fue útil,
Y ahora sé
Cuánto me deseas
Y te mostraré
Cuánto es que yo te deseo.

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Pasó una semana y todo permaneció tranquilo, parecía que Dazai no se había enterado de nada ya que estaba actuando como siempre: amable, presumido, lindo y sarcástico.

Cuando Chuuya le preguntó por qué no había ido a su apartamento a entregar los documentos simplemente dijo que había estado demasiado cansado y decidió irse de frente al suyo.

Es cierto que al principio se mostró escéptico, pero cuando notó que Dazai seguía comportándose exactamente igual que antes, decidió que probablemente estaba siendo paranoico y así continuaron como si nada hubiera pasado.

Hasta dos semanas después cuando Dazai decidió poner su plan en marcha.

Hasta dos semanas después cuando Dazai decidió poner su plan en marcha

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Chuuya tenía la mala costumbre de no revisar el clima cada vez que salían a una nueva misión, simplemente nunca se le pasaba por la mente. Dazai, por otro lado, sintió que una sensación de euforia se apoderaba de él cuando empezó a llover a cántaros, había estado esperando una oportunidad para que empezara a llover.

El pelirrojo refunfuñó cuando empezó a llover, todavía quedaban cosas por terminar, no podía simplemente irse y dejar a Dazai de nuevo como lo hizo la última vez.

Sin embargo, Dazai parecía estar de muy buen humor, estaba derrotando enemigos como nadie.

Todo mientras Chuuya permanecía infeliz debajo de un árbol, con los brazos cruzados por la irritación, le gustaba la lluvia, pero eso solo se aplicaba a cuando no estaba de servicio, era pacífico y era aún mejor si sabía que llegaría a casa al final del viaje torrencial y se cambiaría con ropa abrigada mientras bebía un poco de té, pero esta misión era larga y ya había abandonado la última debido a sus... problemas lujuriosos, no podía permitirse el lujo de volver a hacer lo mismo.

Dazai se le acercó con una sonrisa, parándose frente a él en el árbol, "Chuuya~ ¡tú tontito! Deberías revisar el clima más seguido, ¿sabes?"

El mayor miró hacia otro lado, murmurando una maldición: "Si sabias que esto pasaría, entonces debiste habérmelo dicho. Sabes que jamás reviso el clima".

"Ups, creo que lo olvidé", cantó Dazai en respuesta.

"Sí claro" espetó Chuuya tratando de evitar golpear la sonrisa de comemierda en el rostro del más joven.

Dazai suspiró y comenzó a quitarse el abrigo, ignorando los ojos de Chuuya clavándose en él, luego la colocó sobre la cabeza del pelirrojo con una ligera palmadita y una sonrisa que podría rivalizar con las estrellas "ahí, ahora ya no te mojarás".

Tempus Fugit • SoukokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora