Prólogo

3.7K 537 23
                                    

Soltó un suspiro mientras caminaba por las calles orcuras de Londres, su cuerpo dolía en verdad le dolía, sentía como la herida en su mellija palpitaba, odiaba las misiones y más si era con la suerte que tenía.

Percy Jackson dejó escapar otro suspiro, su figura recortada contra las luces parpadeantes de las farolas. Las calles de Londres se extendían ante él, oscuras y silenciosas, como si guardaran los secretos de la noche. La herida en su mejilla no solo palpitaba con un dolor sordo, sino que también era un recordatorio crudo de la suerte que parecía seguirlo: siempre al borde del desastre.

Mientras caminaba por Privet Drive, un lugar que parecía tan normal que dolía, sus ojos azules como el océano captaron una figura pequeña y temblorosa en la acera.

Una niña, no mayor de cuatro años, estaba acurrucada contra la fría pared de ladrillo, abrazando sus rodillas con fuerza. Su presencia era tan fuera de lugar que Percy se detuvo en seco.

—¿Qué haces aquí tan tarde y sola? —  preguntó Percy, agachándose a su nivel.

La niña levantó la vista, sus ojos color verde esmeralda, grandes y asustados reflejaban la luz de la luna.

— Mis tíos me castigaron —murmuró con voz temblorosa — me dejaron afuera — sus ojos llenos de lágrimas.

— ¿Cómo te llamas?, yo me llamo Percy Jackson — dijo con  su voz suave pero firme.

Ella vaciló, luego respondió con una tristeza que le rompió el corazón.

— Monstruo o estorbo — dijo simplemente  —así es como me llaman — sus ojos reflejan tristeza.

La ira se encendió en Percy, una furia tan feroz como las tormentas que su padre podía conjurar.

Esas personas, siempre crueles, siempre despiadados. No, no dejaría que esta pequeña sufriera más.

—Ven conmigo — dijo Percy, extendiendo su mano — te llevaré a un lugar seguro, a un lugar donde serás valorada y querida — La niña, con una chispa de esperanza en sus ojos, puso su mano en la de él.

Juntos, se dirigieron hacia un lugar donde Percy sabía que ella encontraría un nuevo hogar, pero primero iría donde su madre, y así, bajo el manto de la noche, Percy Jackson, el hijo de Poseidón, caminó con la pequeña niña hacia un futuro incierto pero lleno de esperanza. La promesa de un hogar  era como un faro en la oscuridad para ella, una luz que brillaba con la promesa de días más felices.

Las fijuras de ellos alejándose de Privet Drive, la figura de Percy alta y protectora al lado de la niña. Mientras se adentraban en la oscuridad, la niña miró hacia atrás una última vez, sus ojos reflejando no el miedo, sino la curiosidad por la aventura que le esperaba.

Y en ese momento, por primera vez en mucho tiempo, una sonrisa genuina cruzó su rostro. Un nuevo capítulo estaba a punto de comenzar en su vida, y esta vez, sería una historia llena de magia, y  lo más importante, amor.

Con la promesa de un nuevo amanecer, Percy y la niña desaparecieron en la noche, dejando atrás el mundo ordinario para adentrarse en uno donde lo imposible se convertía en posible.

Con la promesa de un nuevo amanecer, Percy y la niña desaparecieron en la noche, dejando atrás el mundo ordinario para adentrarse en uno donde lo imposible se convertía en posible

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

517 palabras

𝐌𝐎𝐂𝐊𝐈𝐍𝐆𝐁𝐈𝐑𝐃 || 𝑃𝐽𝑂 𝐴𝑁𝐷 𝐻𝑃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora