Percy ahora se encontraba caminado por la calles de Nueva York, en sus brazos sujataba proctectoramente a la pequeña niña de cabellos negros azabaches, solo un suspiro cuando vio el edificio donde estaba el departamento de su madre.
Con cuidado entro al edificio, coloco bien a la pequeña en sus brazos, la cual se encontraba durmiendo tranquilamente, sin sueños y sin miedo a ser despertada entre gritos.
Mientras que Percy subía las escaleras hacia el departamento de su madre, no pudo evitar pensar en aquellas personas que le hicieron daño a la pequeña en sus brazos.
Podía sentir como la pequeña estaba en los husos, dejabo de esa ropa holgada, en sus brazos se veía los moretones de diferentes colores y tamaños, decir que estaba molesto era mentira, el estaba furioso, y los pequeños templores daban crédito de su furia.
Toco la puerta del departamento, con un poco de desesperación, sus ojos verdosos miraban a la pequeña hasta la puerta.
—¿Percy? — pregunto preocupado Paul, el padrastro del azabache.
—Paul, ¿esta mi mamá? — pregunto desesperando, mientras volvía a colocar bien a la pequeña en sus brazos.
Paul al ver aquello, dejo entrar el joven, el cual entro sin más, camino hasta la sala donde se encontró a su madre, la cual el verlo se preocupo.
–¿Percy cariño?, ¿que pasa? —pregunto caminando hacia su hijo mayor.
—Ayúdame mamá, tiene frío y esta mojada —dijo mientras señalaba con la cabeza a la niña en sus brazos.
Sally al ver aquello, no dudo en tomar a la niña en sus brazos, y llevarla a su habitación donde la bañaría y la cambiaría de ropa, Paul camino hacia su hijastro y lo abrazo al verlo templar, comenzó a tranquilizarlo.
— Respira, todo esta bien —decía el hombre mientras acariciaba la espalda del joven, el cual después de unos minutos dejó de temblar — ¿Por que no te cambias de ropa? — le dijo con una pequeña sonrisa.
Percy lo miro, y después miro hacia donde si madre se fue con la pequeña, hasta que asintió al final, fue a su antigua habitación donde se cambió de ropa.
Mientras con Sally, las cosas no estaban bien, la mujer de ojos azules, miraba con horror, dolor y angustia, los golpes en el pequeño cuerpo de la niña, las cicatrices, y temía qué tuviera huesos que sanaron mal, con el mismo cuidado que huso cuando la baño, comenzó a vestirla con la ropa de su hija Estelle, la ropa de su hija de tres años le quedaba a la pequeña, que parecía tener unos cuatro años.
Una vez que la vistió todo, la tomo en sus brazos y salió a la sala donde se encontró a su hijo, a su esposo y a una mujer de cabellos negros y ojos grises, Sally miro con confusión a la mujer, pero dejo de prestarle atención cuando sintió como le quitaban a la pequeña de sus brazos.
—Mamá ella es la Diosa Hécate — presentó Percy a la mujer.
La Diosa Hécate se adelantó con una gracia que solo una deidad podría poseer. Sus ojos grises brillaban con un conocimiento antiguo y una tristeza profunda mientras miraba a la pequeña Helene en los brazos de Sally.
—Soy Hécate, diosa de la magia y los cruces de caminos —comenzó, su voz resonando con un poder suave pero inconfundible—. Helene Liliane Potter es mi hija, fruto de mi unión con un mago llamado James Potter. Su padre junto a su madrastra murieron dando su vida para protegerla de un mago oscuro, un hombre que se cree dueño de mi mundo, la dejo con aquellos desagradables mortales — contó con enojo ante lo último.
La habitación quedó en silencio, todos procesando la revelación. Percy, con la determinación reflejada en sus ojos, habló con firmeza.
—Helene, o Thalassa Sally Jackson-Potter como ahora la llamaré, será mi hija. La protegeré y le daré un hogar lleno de amor y seguridad — su voz sonaba segura y llena de determinación.
Hécate asintió, una sonrisa triste adornando sus labios.
—Gracias, Percy. Eso es más de lo que podría haber pedido. Ahora, debes llevarla al Campamento Mestizo, donde estará segura y podrá aprender a controlar sus poderes.
Después de que Hécate desapareció en un susurro de sombras, Sally y Paul se acercaron a Percy, ofreciéndole su apoyo incondicional.
—Estamos contigo en esto, Percy —dijo Sally, su voz llena de gratitud—. Y gracias por honrar a nuestra familia al darle a Helene digo a Thalassa mi nombre —dijo mientras carariciaba con cariño el cabello de la pequeña.
Al día siguiente Percy llevaría a su ahora hija al campamento mestizo, donde tendrá una larga explicación a su novia y amigos.
774 palabras
Percy y Thalassa
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𝐌𝐎𝐂𝐊𝐈𝐍𝐆𝐁𝐈𝐑𝐃 || 𝑃𝐽𝑂 𝐴𝑁𝐷 𝐻𝑃
FanfictionQue pasa cuando Percy Jackson, se encontrá con una pequeña niña de cabellos negros azabaches y ojos verdes, fácil, decide llevársela para cuidarla como su propia hija.