Capítulo 4

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Entre afrontar la situación ante la que estaba o tratar de romperse la nariz con su asiento, salir de ese edificio siendo llevado a urgencias y huir para jamás volver a pisar esa universidad, las opciones estaban muy reñidas, pero no tenía ánimos para sacar la sangre de su suéter después.

Y Nagi ya llevaba un buen rato con el rostro oculto entre sus brazos, reflexionando en la oscuridad, aceptando que no tenía una forma de huir que no dejara claro que era un cobarde.

Reo había salido del salón luego de obviamente haberlo visto, esa batalla de miradas no fue una ilusión de Nagi, duda mucho que una ilusión logrará sentirse tan real y mantener su corazón latiendo tan fuerte e incómodamente en su pecho, con sus palmas sudando, y su mente dando vueltas, con tantos recuerdos suprimidos sofocándolo.

Nagi había comenzado a escuchar mucho ruido antes de que comenzará la clase, le había parecido raro porque antes todo estaba tranquilo, sin embargo, no se molestó en ver que sucedía, estaba muy ocupado dormitando, y maldecía su infinita pereza porque todo había caído de golpe sobre él sin anticipación, sintiéndose completamente vulnerable a sufrir un infarto.

Con razón todos se habían animado de un momento a otro, tenía sentido, era Reo Mikage el que estaba en su salón interactuando con ellos, por supuesto que Reo podría lograr en un instante que todo comenzará a ir como un ambiente laboral feliz, marchando a su gusto, aunque solo les hubiese dado la hora.

Podía sentir que lo observaban, no Reo, Reo luego de notar su existencia no había tardado en salir —esperaba que solo al baño, porque si hacía que Reo fuera el que terminará escapando de la universidad para no verlo no sabría como sobrellevar eso, se iba a permitir morir una vez más y no había ni un búho que lo salvara—, pero sentía que había sido dolorosamente obvio para algunos, no se trataba de creyera que el mundo giraba en su entorno, simplemente confiaba que todos estaban interesados en el Mikage.

Varios seguro que quería ser emparejados con Reo, y todos estuvieron tan atentos a su nombre, y entonces luego dijeron el lamentable "Nagi Seishiro", y todos los ojos atentos a Reo seguro comenzaron a mirar por todo el lugar tratando de saber quién era el afortunado, y cuando Reo lo encontró casi como si supiera perfectamente donde estaba, estaba seguro de que los demás lo hicieron, y ahora se preguntaban si acaso había sido el culpable de que Reo saliera o si había sido una extraña casualidad luego de compartir miradas de forma más extrañas, notorias y dolorosas, era demasiado gigante, no podía ser que solo el albino lo hubiera sentido.

Nagi sentía su cabeza demasiado llena, muchas dudas, pensamientos, miedo, una sobrecarga, ni siquiera se había molestado en tener tan activo su cerebro durante el examen de ingreso, había sido tan sencillo todo desde que comenzó realmente a intentarlo, y ser aceptado tan fácil pareció una señal, pero ahora, se sintió pequeño, y vigilado, justo como en su anterior año escolar una vez más, cómo si no hubiese avanzado nada. Una pequeña broma más del universo hacía él.

Y esto era definitivamente su culpa, no había a alguien quién confrontar, él había sido el problema, en esta situación, era Reo el que debería sentirse mal, y Nagi solo debería aceptar los castigos divinos.

Sinceramente, él podía seguir siendo pesimista y terminar de morirse en vida en ese mismo asiento, y alguien mucho mejor tomaría su lugar y sería la pareja de Reo en ese trabajo; pero, entonces, Reo volvió a entrar, sonriendo cuando los demás lo miraban, y Nagi ni necesitaba revisar su entorno para sentir que toda la atención estaba sobre Reo otra vez cómo si nada hubiera pasado.

Ya no eran nada, y de alguna forma, Reo realmente lo estaba salvando una vez más apareciendo con una sonrisa una vez más.

Así que pudo respirar, calmarse y aclarar su cabeza, había sido tomado por sorpresa y no podía imaginar que pudiera llevar la situación sin ser incomoda por lo mínimo, pero al final, era Reo, y verlo una vez más era abrumador, algo desgarrador, hacía sentir a Nagi como si algo en su interior se hubiera estado conteniendo por mucho y ahora iba a explotar, de todas formas, no dejaba de verlo, porque era Reo, y mirar aunque sea su espalda era cálido y lo atraía sin buscarle sin que se cuestionara el por qué.

Eternal SunshineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora