Capítulo 5

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¡Advertencia!

Este capítulo tiene contenido maduro, escenas +18, si no pueden con el contenido no están obligados a continuar.

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Era un desastre, hasta hace un minuto el lugar se sentía fresco, ahora, a pesar de que su frente estuviera rozando el frío piso, podía sentir el sudor formándose, humedeciendo a una velocidad impresionante su cuello y espalda mientras se removía aún inquieto por el malestar. Se preguntaba si la sensación en sus ojos era el sudor entrando o que estaba a punto de superar su humillación comenzando a llorar. Trató de respirar profundo, solo para chocar también con el hecho de que todo su entorno se sentía demasiado diferente, era demasiada información a la vez.

El olor de Reo normalmente era cítrico y ligero, no solo por el hecho de que se suponía que fuera beta, Nagi le había comentado una vez que lo percibía como una delicada infusión; se lo había mencionado casualmente hace tiempo, después de una práctica tediosa y agotadora mientras lo ayudaba a quitarse su camisa; Nagi se inclinó dejándolo helado por un instante, y le dijo que de alguna manera entre el sudor y el champú estaba ese aroma que ayudaba a sus pulmones a calmarse. Como un ungüento cubriendo todo.

Eso lo había hecho sentir extrañamente orgulloso, lo hizo sentir que incluso siendo beta podía dar algo bueno, podía complementar la mayoría de las necesidades de Nagi.

Las cosas habían cambiado completamente en un instante, él mismo podía detectar el cambio. Le había dado una mirada rápida Nagi antes de clavar sus ojos en el suelo mientras sentía que la superficie se tambaleaba. Su aroma estaba teñido por la confusión, el desagrado ante el ardor entre sus entrañas, la irritación por su sensibilidad era agobiante y desagradable, sentía presión en su vientre que bajaba, su mandíbula estaba tensa, tanto que le dolía por la fuerza de sus dientes chocando. Era desagradable, su propio olor se concentraba en su garganta como si fuese bilis, y el dolor de sus colmillos emergiendo, pinchando contra sus labios.

Estaba luciendo patético y lamentable, y no había terminado de controlar una cosa cuando todo estaba dispuesto a empeorar. Trató de ocultar donde sabía que se asomarían sus orejas animales, mientras murmuraba maldiciones, aunque sentía que su garganta solo podía emitirlas a medias, convirtiéndolas más en gruñidos.

Sintió una punzada en su cabeza, más como un corrientazo de presentimiento, cuando alzó la mirada vio una mano dirigiéndose hacia él y no pensó nada, su mente se quedó en blanco y su cuerpo se movió de un sobresalto, registró solo el impacto de su espalda contra la pared y el dolor en la palma de su mano.

La mano de Nagi estaba más lejos ahora, parecía titubear en qué hacer luego de recibir ese manotazo. Reo quería disculparse como también quería levantarse e irse, pero no podía, lo que sea que estuviera pasando con él lo estaba obligando a mantener sus ojos en Nagi, su corazón estaba latiendo demasiado, con mucha fuerza, sentía una presión tan fuerte sobre él como si estuviera en el suspenso de vida y muerte, y si alejaba su mirada ahora todo eso explotaría.

Se sintió mal cuando Nagi decidió retirar su mano, su boca se abrió mostrando sus dientes sin querer cuando Nagi decidió levantarse y Reo no podía fundir más su espalda de la pared, eso no lo detuvo para que siguiera empujando, una parte poco racional de él esperara traspasarla, aunque estaba seguro de que sería mil veces peor si saliera del salón, la puerta seguía abierta, sería cien veces peor si alguien entraba o si siquiera se asomaban. No había mejor lugar para estar en este momento que no fuese con alguien que ya había visto suficiente de él.

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