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Desde el día de la pijamada de Yamaguchi Kei había estado algo raro y distante con todos los del equipo e inclusive con Celeste pues últimamente era más frío y seco que lo normal.
Todos los demás lo habían notado pero no se querían meter tanto pues al final y al cabo era Tsukishima y aveces tenía ciertos cambios de humor, común en él pero los que si estaban demasiado preocupados eran Yamaguchi y Celeste por ser los más cercanos a Kei.

Kei a pesar de estar alejado se seguía sentando al lado de Celeste en clases y de vez en cuando cruzaba ciertas palabras con ella aunque fuesen muy pocas y se formaba un ambiente incómodo entre ambos pues parecía que querían decir demasiadas palabras pero tan solo ninguna salía de su boca.

- Oye Kei. - la de pelo azabache trato de calmar lo incómodo del ambiente.

- Dime Celes.

- ¿Por qué has estado algo distante?, desde el día de la pijamada en casa de Yamaguchi no has cruzado palabra con casi nadie, ni siquiera con Yamaguchi o conmigo.

El rubio solo se rehusó a soltar un suspiró y volteo los ojos, extendía sus brazos y le daba un abrazo suave y cálido a Celeste mientras jugaba con el cabello de Celeste y sentía ciertas miradas sobre ellos pero simplemente no le importaba.

- No es nada grave ¿si?, simplemente he estado algo estresado con el colegio y porque Akiteru ha pasado los últimos días en casa y eso resulta algo incómodo tal vez.

- ¿Seguro Kei?, si es algo grave me puedes contar.

- No es nada, no te preocupes demás ¿ok?

Los contrarios estuvieron abrazados por un rato mientras varios de sus compañeros reían y susurraban pues acostumbraban a ver a Tsukishima ser una persona demasiado seria que no expresaba sus sentimientos y tan solo era un amargado y egoísta pero con Celeste actuaba de una manera diferente; como si su lado amable y amoroso saliera los minutos que estaba con ella, Celeste hacía que el corazón caliente de Kei se volviera frío con una sola palabra o caricia.

Las horas pasaron rápidas pues Kei y Celeste estuvieron conversando y jugando el resto de las clases aunque gracias a eso recibieron regaños por parte de los maestros pero a ellos en sí no les importaba, estaban felices y al final eso era lo que importaba para ellos.
Como de costumbre, Kei y Celeste se fueron juntos caminando a sus casas, Kei siempre dejaba a Celeste en su casa lo cuál ya era costumbre y él se iba solo a su casa.

- Ya llegaste Kei. El mayor corrió hacia la puerta principal para recibir al de lentes.

- Hola Akiteru.

- ¿Como vas con lo de Celeste?

- Realmente todavía no he pensado nada y hoy me comentó que estaba muy distante de ella.

- Deberías pensar rápido, no vaya a ser que este conociendo a alguien más

El más alto de gafas le pego un golpe en la espalda al mayor mientras fruncia el ceño y el mayor solo se disponía a soltar una pequeña risa.
Ambos almorzaron y conversaron un rato pues su relación se había fortalecido un poco estos días porque Tsukishima había requiero de él pues quería pedirle a Celeste ser su pareja y Tsukishima no tenía ninguna experiencia sobre eso, sin embargo su hermano mayor sí.

- Un día me mencionaste que sus flores favoritas eran las peonias, comprale unas

- ¿Donde puedo comprar peonias Akiteru?

enamorado tuyo - Kei Tsukishima Donde viven las historias. Descúbrelo ahora