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Quería que todo fuera más sencillo, que no fuera tan complicado para mí lidiar con toda la situación, no espero que lo comprendan pero mientras puedan entender que desde el momento que había entrado a esa cabaña había estado destinado a quedarme por y para Venus.
Después de mi terrible momento de humillación del otro día Venus ya no me había vuelto a amordazar, siguió alimentándome después de ese día.
Ya no volví a renegar o hacer el feo de la comida, tampoco volví a hacerle comentarios molestos, sólo dejaba que ella escribiera en silencio mientras yo comía igual de la misma forma. No retomamos la conversación como antes y mucho menos hice presión sobre eso, algo que también hizo es que me terminó acomodando la cubeta que había utilizado para hacer mis necesidades pero con tierra y más cosas para que no apestara, básicamente que podría funcionar como composta o algo así.
Ese día Venus había bajado por la mañana con un camisón de tirantes blanco, largo como un vestido, su cabello fogoso suelto como ya era costumbre y en la bandeja con un desayuno mucho más pobre de lo que había sido antes, no me quejaba porque seguramente era un castigo por todo lo que me había quejado y había hecho antes.
Mi desayuno había consistido en tostadas con queso crema y mermelada de frutos rojos al parecer, además de un café negro con un sabor bastante fuerte pero podía sentir la leve cucharada de azúcar.
Pude observarla tomar y sacar las cosas necesarias, me sorprendió un poco que ya no todas las cosas de quedaron en papel de libretas o máquina de escribir sino que ahora también uso su computadora, tenía muchas dudas pero no me sentía tan seguro de hacerlas.

-Subiré a ducharme, tengo que revisar algunas cosas así que tardaré en bajar- dijo estirando los brazos hacia arriba pero sin apartar la mirada de su computadora.

Me descolocó que me avisará, o que siquiera mencionara algo como para tenerme al tanto de todo; no le dije nada pero asentí y dejé la bandeja en silencio donde siempre era nuestro punto de contacto todo el tiempo para nuestros intercambios de mis necesidades. Ella ya no volvió a decir nada, tecleo rápidamente en su computadora y supuse que la apagó porque la cerró, se puso de pie paso a recoger la bandeja y subió con ella sin dirigirme la mirada.
Era incómodo y muy desagradable para mí estar de esa forma con ella, pero por lo menos no tenía algo que me estuviera de hablarle así que supuse que de cierta forma lo tenía permitido, y la comida y agua había regresado...
Tal vez comunicarme de cosas triviales, compartir información ligera mutua sería algo que la haría bajar un poco las barreras que tenía contra mi.
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Sentía bochornos y dolores de cabeza, por lo menos Ares estaba siendo bastante cooperativo y no molestaba, así que no podía quejarme de él.
Al subir fui directamente a mi habitación y en el camino al baño me empecé a quitar mi camisón sin importarme que quedara por ahí tirado, procedí a quitarme la ropa interior igual dejándola en el suelo sin destino digno, completamente desnuda caminé a mi bañera y empecé a llenarla con agua tibia no queriendo ni llenarla con aceites o cosas relajantes, sólo deseaba sentirme fresca y limpia lo antes posible.
En cuanto estuvo hasta el tope me sumergí sin tantas ceremonias hundiendo hasta la cabeza, en el fondo escuchando como el agua se desbordaba de la tina; después de unos segundos en qué se me acabó el poco oxígeno que reuní para sumergirme salí y respiré profundamente, me pase las manos por la cara retirando las gotas de mis ojos para ver mejor.
Sentía tantos cambios, tantos y en tan poco tiempo para no comenzar a volverme loca poco a poco. Primero de la completa soledad había pasado a tener compañía, luego esa misma compañía había pasado de ser volátil y errática a una pasiva y en silencio, sin mencionar que mi última presa estaba guardada con suficiente carne que aún se podría aprovechar el problema era que la gran mayoría estaba pudriéndose.
Sin mencionar que se estaba acercando el día de la entrevista, y si bien ya estaba con las notas finales de la trama y lo importante del cuerpo de la historia no podía empezar a crear un antagonista un villano, quise basarme en mi propia historia, ¿Pero realmente había un villano en esta situación? ¿Había algo mal que alguien pudiera definir?
Me eché algo de agua a la cara para despejar mi mente y mejor en un momento más propicio aprovechar esas ideas en el estudio, con mis manos húmedas empecé a masajear mi cuero cabelludo lentamente pase hacia mi cuello que acaricie suavemente para en lo que podía alcanzar pasar a mis propios hombros y masajear cada uno conf irmeza, no pudiendo reprimir un gemido aliviado por la liberación de tensión, luego seguí pasando mis manos como suaves caricias hacia el frente por mis clavículas marcadas, un dedo delicadamente por en medio de mis pechos para luego masajear los porque hasta ese momento había notado que dolían, así los moví en círculos lentamente quejándome un poco, los masajee hacia el frente un poco ocasionandome un gemido placentero, seguí explorando masajeando la parte de mi torso donde estaban mis costillas haciendo una muy leve presión más que nada para sentirlas, luego continúe bor mi abdomen hasta mi vientre bajo donde hice una leve presión ya que había notado algo de inflamación, hice un quejido por la molestia e incomodidad.

El Paraíso de Ares en Venus Donde viven las historias. Descúbrelo ahora