05:17 - a.m
Salí de ducharme, bajé a desayunar, todavía era de noche, y nadie estaba despierto. Me senté en el living con un café y dos tostadas con manteca y dulce de leche; ví como una mano se acercaba y agarraba una de mis tostadas, "es Thiago" pensé para mis adentros. Giré la mirada para verle la cara, y ahí estaba, era Leo.
- ¿Viniste a arreglar mis problemas de una forma mágica o algo? - le pregunté
- Emma, no soy un ser mágico que solo vos podes ver, soy una persona, real, de carne y hueso. - me dijo con los ojos llenos de brillo - Dejó un collar al lado de mi taza de café, me detuve a mirarlo, tenía un dije de estrella, plateada.
- Mí collar... ¡MI COLLAR...! ¿Dónde estaba? - miré hacía donde estaba para saber su respuesta. Pero no estaba, se había ido.
Recordaba ese collar con mucho amor, lo compartía con mi mejor amigo de la infancia, al día de hoy no recuerdo ni su rostro, pero todavía lo quiero y lo aprecio por todo lo que ayudó en el pasado.
Eran las seis de la mañana y me fuí, quería estar sola, tranquila, recién estaba aclarando el cielo. Era muy hermoso.
- ¡Holam! - escuché detrás mío. Esa forma de saludar me parecía conocida, pero no sabía de donde. Fué cuando se puso justo al frente mí; era Leo.
- Hola, gracias por darme mi collar, ¿donde estaba? - le respondí sonriendo
- En tus recuerdos - y sonrió, me quedé quieta sin expresión alguna, ¿en mis recuerdos? ¿Qué significa eso?
- Leo, ¿Estás seguro de que sos una persona real? - pregunté
- Soy un recuerdo - respondió con la voz quebradiza - Me encanta estar acá; puedo ver lo que veía antes, algo que ni vos ni yo vamos a ver otra vez
- ¿Un recuerdo? - me dije a mi misma - ¿Y que veíamos antes?
- Veíamos tantas cosas, pero veíamos nuestra vida pasar, una al lado del otro que nunca nos quisimos separar; pero voy a desaparecer Emma. En algún momento voy a desaparecer
- ¿Te referís a la muerte? - le pregunté muy confundida
- No Emma, me refiero a tus recuerdos, intento estar presente, pero el problema no es mi presencia y/o ausencia, es mucho más complicado. Pero tenés que saber que te amo, con toda mi alma - mientras hablaba se le iban cayendo las lágrimas poco a poco
Me quedé más confundida de lo que ya estaba, tenía tantos pensamientos encontrados y tantas preguntas...
- ¿Nos conocemos de antes, Leo?
- Desde hace mucho tiempo, más del que imaginas - me respondió con una sonrisa
En ese momento empecé a ver escenas; creo que eran recuerdos de mi pasado. Mi mejor amigo de la infancia estaba en esos recuerdos y Leo estaba mirándolos, parecía apreciarlos mucho, estaba contento.
Esa sonrisa que tenías, ojalá poder verla algún día otra vez, pero sé que no es posible. Emma, prometeme que te vas a acordar de mí cuando todo esto termine, por favor; prometelo. - me dijo muy entusiasmado.
- ¿Cuando ésto termine? ¿Qué va a terminar? - pregunté preocupada
- Tu sueño, tus recuerdos, yo, todo se va a terminar, Emma, todo.
Desperté en mi cama, pero no estaba en mi habitación, era un lugar totalmente blanco, estaban mis padres, Dámaris, Thiago, y Leo abrazando a Dami, mi cuerpo físicamente no estaba ahí, solo podía ver como todos lloraban y no decían nada.
¿Qué les pasa? ¿Por qué lloran? ¿Le pasó algo a alguien? ¿Por qué están todos menos yo? Solo preguntas inundaban mi cabeza, escuché la voz de Leo a lo lejos, y desperté por segunda vez, estaba donde me había quedado, con él.
- ¡Emma..! ¿Estás bien? - me preguntaba mientras me sacudía para despertarme
- ¿Qué? ¿Por qué estoy en el piso?
- Te desmayaste, ¿estás bien?
Me levanté despacio, estaba confundida por lo que acaba de ver, quizás él sabía que había visto, tenía ese presentimiento
- Mientras estaba desmayada ví a mis padres, a Dámaris, a Thiago y a vos llorando, estaban en un lugar completamente blanco, y por lo que recuerdo yo estaba acostada en una cama viéndolos. ¿Sabes qué significa? - Mientras hablaba sus ojos se iban abriendo cada vez.
- Estás despertando, esa es tu realidad - respondió triste
- ¿Mí realidad? ¡Pero yo no quiero eso...! ¿Qué tengo que hacer para que esa no sea mi realidad?
- No hay nada que hacer, es como el destino, no se puede cambiar. Emma; no pienses en tu realidad, quiero que aceptes la propuesta de tus padres, tenés que aprovechar cada segundo que te queda antes de despertar. No soportaría esperar otros cuatro años.
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Cada Cuatro Años
RomanceMientras una adolescente intenta transcurrir su vida ccon normalidad, comienza a ver un chico; como si estuviese en una dimesión paralela a la de ella, le deja pistas para un reencuetro que Emma; no espera...