Capítulo 4

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Aurora miró como Matheo hablaba animadamente, sin poder quitarse de la cabeza la imagen de Isabella. Esa chica corría demasiado peligro al lado de él. Luego, sintió un pequeño dolor de cabeza y fulminó con la mirada a Edward, él estaba intentando entrar en su mente.

—No vuelvas a intentar entrar en mi mente, Edward —gruñó mientras lo fulminaba con la mirada.

Matheo al instante se detuvo y su rostro cambió, fulminando con la mirada al vampiro cobrizo que no estaba respetando la privacidad de su esposa.

—¿Qué haces aquí, Edward? Pensamos que estarías con Isabella —dijo Matheo un poco burlón, teniendo una remota idea de lo que pasó ya que Aurora había tenido una visión al igual que Alice.

Edward lo miró furioso, dándose cuenta del tono burlón.

—Oh, ¿Qué pasó, se dió cuenta de que eres un psicópata impulsivo? —rió Aurora burlnamente, sin importarle la pesadez ni la forma en la que la miraba el vampiro cobrizo.

—¿Tú hablas de psicópatas? —rió Edward burlón pero sin gracia alguna. — ¿A cuánta gente has torturado, Aurora?

Matheo enojado iba a decirle algo por lo que dijo él pero Aurora habló antes — A muchas, querido Edwin. ¿Quieres ser el próximo? —lo amenazó con una sonrisa que hizo que a Edward le recorriera un escalofrío en la espalda.

—¿Permitirás que eso suceda? —le preguntó Edward estupefacto a Carlisle.

—¿Seguirás comportándote como un imbécil? —le respondió Carlisle sin disimulo alguno de lo molesto que estaba con Edward, él lo miró sorprendido y luego rió sarcásticamente para dar vuelta e irse rápidamente al bosque.

—¿Tú molesto? —le preguntó Matheo burlón a Carlisle mientras se acercaba a Aurora y la abrazaba de la cintura, Carlisle sonrió divertido y Esme miró a su marido con una sonrisa.

—Su inmadurez es agotante, no puede sacar cosas así al tema —bufó Carlisle mientras que Esme acariciaba su hombro para calmarlo, cosa que funcionó.

Matheo hizo suaves círculos en la cintura de su esposa, Aurora le sonrió levemente para después agarrar una de más manos de él y "enredar" sus dedos con los de él mientras que con su pulgar acariciaba el dorso de la mano de su esposo.

—Me preocupa Isabella —murmuró Aurora mientras miraba el suelo, pensando en su visión.

—A nosotros también —dijo Esme — no queremos que él acabe con su jóven vida, no es justo para una pobre adolescente.

—Que no es una santa pero no merece que un vampiro la utilice y sea así de violento con ella —Aurora aportó a lo que decía su madre.

—¿Violento? —preguntó Carlisle impresionado.

—¿No viste las marcas en sus muñecas?—preguntó Aurora levantando la vista hacia su padre, él la miró entendiendo porqué Bella se comportaba así con ellos.

—Yo si las vi... pero no quise creer que fuera eso —dijo Esme, recordando los suaves moretones en las muñecas de Bella.

—Lo peor es que ella está teniendo una idea errónea de cómo somos los vampiros. Cree que todos los vampiros son así con sus parejas, posesivos, obsesivos y manipuladores, violentos no sólo en forma verbal —suspiró Matheo con amargura mientras abrazaba con más fuerza a Aurora, ella se apoyó en el cuerpo de su marido.

—En mi visión Isabella cerraba la puerta con pestillo, luego de que Edward se pusiera celoso porque supuestamente a ella le llamó la atención Matheo —dijo Aurora molesta por la idiotez de Edward.

Una Cullen y Un VulturiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora