Capítulo 1

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NARRADOR OMNISCIENTE

La noche que los reencontró no fue por algo romántico, en 1928 a Aurora le pasó algo horrible.

La chica caminaba por un camino abandonado cerca de un terrorífico bosque, había salido de la casa de su abuelo de noche después de haber discutido con él, se sintió observada pero decidió no darle importancia y seguir hasta que vió a cuatro hombres rodeándola, en el preciso momento en el que entró al bosque.

—Señorita... No debería caminar sola por acá a altas horas de la noche —advirtió uno de ellos, Aurora cruzó mirada con él, tenía una mirada aterradora.

—Tiene razón, yo estaba por irme —dijo ella dándose vuelta para correr pero otro de los tipos la agarró fuertemente de las caderas inmovilizadola —le pido que me suelte.

Odiaba recordar que no tenía ni un arma a mano, había salido sin nada.

—Parece una muñeca, es muy linda —habló burlescamente el otro que estaba al lado del que la estaba sosteniendo.

—Pero su cuerpo no se ve muy bien con toda esa ropa —dijo otro lo suficientemente fuerte para que Aurora y los demás lo escucharan, ellos rieron.

—¡No! —gritó mientras le rajaban la ropa —¡Por favor déjenme ir! —sollozó aterrada pero uno le tapó fuertemente la boca.

—No hables mujer, quédate quieta —gruñó otro que estaba frente a ella tocándola sin descaro alguno, parecía un animal descontrolado.

Sintió como los otros dos que estaban mirando se acercaban y también la agredían, uno de los hombres se deshizo completamente del vestido, dejándola en ropa interior, la tiraron al suelo, por suerte su cabeza no se estrelló contra este pero le amarraron las muñecas y le amarraron un pedazo de tela la boca.

Minutos pasaban en los que ellos seguían riéndose de ella y burlándose mientras la golpeaban o la manoseaban haciendo que ella se sintiera desesperada y asqueada consigo misma.

Desearía no haber salido de la casa de su abuelo.

No alejarse tanto a un camino que no conocía.

Y se arrepentía de no haber llevado nada para defenderse y no haber podido salir corriendo a tiempo.

Cuando uno de los hombres iba a deshacerse de la ropa interior de ella escuchó un potente gruñido como si fuera de un oso, confundida intentó moverse pero uno de ellos la sostuvo, vió como todos salían disparados de su lado chocando con el suelo y los árboles, parecían estar electrocutados, escuchó gritos y huesos quebrados hasta que quedó en completo silencio pero vió fuego.

Supo que era un vampiro cuando vió unos brillantes ojos rojos. Asustada quiso reteoceder pero se raspó con la tierra, haciendo que sollozara nuevamente.

—Aurora —murmuró él para después sacarle la tela de la boca y desamarrarle las muñecas, la chica no paraba de llorar.

Matheo se acercó a ella con un poco de miedo en su reacción pero la chica llorando lo abrazó aferrándose a él, Matheo acarició su cabello.

—Te llevaré a un lugar seguro —dijo Matheo tomándola en brazos con cuidado de lastimarla, Aurora no asintió ni nada, sólo siguió llorando desconsoladamente.

Una Cullen y Un VulturiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora