~Capítulo 59~

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Zara dejo su teléfono a un lado. Ahora debía arreglar una maleta para irse con König a Austria.

Con ello empezó a sacar su ropa y mayoría de pertenencias para sacar la maleta del armario.

Poco a poco estaba llenando su valija aunque unas pequeñas gotas caen sobre algunas prendas bien dobladas.

Zara suspira para calmarse y limpiar sus lágrimas y seguir aunque todavía no sabe como darle la noticia a Ana.

Sería doloroso, pero ella tendría que comprender la situación, a veces no siempre estarían juntas.

Zara continuo hasta tener su maleta y una mochila. Esperaría la llegada de los futuros esposos para ponerlos al tanto de su decisión.

"-Ay Ana."

Mientras tanto Ana y Simon estaban en el parque viendo a Riley jugar con otros perros. Ambos tienen las manos entrelazadas.

Simon miraba a su prometida. Su mirada se notaba triste, él le apretó ligeramente la mano.

"-Mi turrón ¿Es por Zara, no?"

"-Es muy obvio. Estoy preocupada, sólo espero que si acepta la propuesta de König..."

"-Se que dolerá, pero ella necesita alejarse de todo esto y sanar como se debe."

"-L-lo sé, sueno como una egoísta."

"-No lo eres, Zara es tu hermana y nadie quiere alejarse de su familia o bueno en algunos casos, pero este no lo es."

Ana apretaba sus labios y asentía. Definitivamente le iba a doler, pero ella necesitaba recuperar su brillo aunque eso significaba otra ciudad.... Y posiblemente otra vida.

Se le escapaban algunas lágrimas e intentaba limpiárselas, pero no podía y Simon le ayudó en eso.

Se soltaron las manos para abrazarse y de esa manera tener mejor consuelo.

La hora para ir a casa llegó y Simon llamó a Riley para volver. Durante el viaje no hubo mucha conversación.

Al llegar bajaron y Riley corrió rasgando la puerta para entrar y Simon le abrió y como un rayo se fue directo a su cama.

Cuando ambos entraron el olor a comida los invadió y vieron a Zara preparando una pizza.

"-Hola y bienvenidos ¿Cómo les fue?"

"-Todo bien. Riley se divirtió con los perros del parque."

"-Eso es bueno. Tomen asiento, ya falta para que la cena este lista."

Ambos se sorprendieron por la repentina actitud de Zara, pero ya tenían sus sospechas.

No paso mucho para que ella sacara la pizza del horno y la sirviera. 

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Los tres disfrutaban de la pizza como en los viejos tiempos, cuando su amistad iniciaba al igual que el romance de cierta pareja.

La botella de aquel vino se iba acabando al igual que la pizza. Se reían y platicaban a gusto.

Cuando ya no quedaba nada de lo antes mencionado. Zara pidió hablar con Ana y ambas fueron a la habitación de la italiana y Simon se quedó en la sala junto con Riley.

Al estar en aquella habitación se sentaron en la cama como cuando eran adolescentes.

Ana se quito los zapatos y abrazo sus piernas mientras Zara se recostó en el colchón mirando hacia el techo.

Love and Signs [Simon Riley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora