~Capítulo 49~

530 52 74
                                    

Mientras tanto en Rusia. Ana cocinaba Pelmeni con las manos de Simon alrededor de su cintura.

"-Huele delicioso ¿Porqué no cocinabas eso allá?"

"-Bueno, es que quería esperar el mejor momento."

"-Agradezco que sea ahora."

Él le daba besos en el rostro haciéndola reír. Riley estaba dormido al jugar demasiado con unos niños que lo vieron en la plaza.

Parecían una pareja recién casada. El ambiente tan tranquilo que ambos querían que fuera eterno.

Al estar lista la comida, cenaron mientras hablaban de lo que habían realizado en esos días.

Faltaban varios días para terminar con el viaje, pero disfrutarían cada momento. Si es que podían.

"-Simon todavía tengo una duda ¿Cómo conseguiste saber de mi casa?"

"-Zara me ayudó. Aunque me costó mucho poder alquilar la casa."

"-¿Alquilar? Pero ¿Porqué mis cosas siguen aquí?"

"-Según me dijeron, tus padres dejaron una cuenta abierta donde se paga el alquiler, sin embargo alguien la a remodelado y por poco me negaban."

"-¿Y cómo hiciste?"

"-Tuve que dar información tuya al ser hija de los dueños. Quería que fuera sorpresa y por eso no te dije nada."

"-A buena hora. Gracias pero no debiste tomarte la molestia de hacer eso."

"-Haría cualquier cosa por ti preciosa."

"-Simon, te amo tanto."

"-Yo aún más."

Después de la cena se sentaron en el sofá para leer. Ana tenía su cabeza en el regazo de Simon mientras Riley estaba jugando con una pelota, pues había despertado energético.

"-¿Crees que lo acepten en el edificio?"

"-Si, además es un cachorro no haría nada malo."

"-Es que la última vez hubo un problema con una mascota."

"-¿Puedo saber?"

"-Fue con una serpiente. Una vecina tenía una y se le escapó, tardaron días en encontrarla hasta que llegó a unos ductos de la vecina de abajo. Lo único positivo fue que no hubo ratones durante un buen tiempo."

"-Serpientes..." Dijo con desagrado.

"-¿No te agradan?"

"-No. Odio a esas bastardas de mierda."

"-¿Qué fue lo que paso?"

Simon apretó el libro y Ana se levantó de su posición anterior para sentarse a horcajadas y tomar su rostro con ternura.

"-Cuando era niño me obligaron a besar una."

"-Que horror. Dios mío Simon."

"-Ya pasó. Ahora sólo es un recuerdo del pasado."

"-Eras un niño... Un niño Simon."

Ana era muy sensible a esos temas. Empezó a sollozar y él le limpiaba cada lágrima que se derramaba por sus mejillas.

"-No llores mi amor."

"-Pero..."

La calló con un beso. Él no le daba muchos detalles sobre lo que sufrió, si así se ponía sólo con una anécdota no se imaginaba cuando le dijera todo.

Cuando sus labios se separaron un leve hilo de saliva era su única conexión en esos momentos.

"-Necesito saber cómo cambias de humor tan repentinamente."

Love and Signs [Simon Riley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora