Detrás de una placa policial

~ Capitulo 4 ~

Algún día del año 2017 - New York, Estados Unidos.

Mason era un hombre de pocas palabras, pero de acciones contundentes. Había sido reclutado por su jefe para llevar a cabo misiones de alto riesgo, pero esta vez la tarea era diferente. Su jefe le había encomendado infiltrarse en la policía local para obtener información privilegiada y proteger los intereses de la organización criminal a la que pertenecía.

Las pruebas para poder ingresar a la fuerza policial eran duras y exigentes. Mason tuvo que pasar por rigurosos exámenes físicos y psicológicos, además de demostrar su capacidad para seguir órdenes precisas y actuar bajo presión. Sin embargo, Mason era un experto en el arte del engaño y logró superar todas las pruebas con éxito.

Una vez dentro de la policía, Mason se convirtió en un agente ejemplar. Su apariencia impecable y su actitud profesional lo convirtieron en uno de los favoritos de sus superiores, quienes lo asignaron a casos de alto perfil y le dieron acceso a información confidencial.

Pero fuera de las pruebas y de su vida como policía, Mason llevaba una vida oscura y desenfrenada. Las drogas, el alcohol y las prostitutas eran su escape de la realidad, su forma de evadirse de los horrores que había presenciado en su trabajo. A pesar de todo, su papel de doble agente no afectaba su desempeño en la fuerza policial. Era un maestro en el arte de la manipulación, capaz de engañar a sus compañeros y superiores sin levantar sospechas.

Poco a poco, Mason se fue adentrando en un mundo de corrupción y violencia, donde las líneas entre el bien y el mal se desdibujaban cada vez más. Su lealtad a su jefe y a la organización criminal a la que pertenecía lo llevaban a cometer actos cada vez más atroces, sin importarle las consecuencias.

Pero a medida que avanzaba en su misión, Mason comenzó a cuestionarse su propia moralidad y sus acciones. ¿Hasta dónde estaba dispuesto a llegar para proteger los intereses de una organización sin escrúpulos? ¿Y qué pasaría si sus verdaderas intenciones fueran descubiertas?

Mason sabía que tarde o temprano tendría que elegir entre su lealtad a su jefe y su propia conciencia. Y cuando llegara ese momento, no sabía qué camino tomaría. ¿Seguiría siendo el asesino despiadado que era, o encontraría la redención en un acto de valentía y sacrificio? Solo el tiempo lo diría.